En los últimos tiempos, la auditoría ha tenido que hacer frente a los retos continuos que han ido surgiendo para adaptarse a la realidad económica de las empresas. En un contexto económico cada vez más cambiante y con regulaciones normativas más exigentes, que han impactado en el desarrollo del trabajo de los auditores, desde verificar información no financiera a realizar las auditorías sin la presencia física en el cliente, dando paso a una nueva era donde la tecnología digital pasa a ser la base sobre la que desarrollar los procedimientos de auditoria y las relaciones con el cliente.
Entrando en el último trimestre de 2021, ¿cuáles son los retos principales a los que se enfrenta la auditoría actualmente? Fundamentalmente tres: tecnología, confianza y control interno.
El 2021 empezó con la aprobación del Real Decreto por el que entra en vigor el reglamento que desarrolla la Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas, con el objetivo de adaptarse a la normativa europea y establecer un marco legal que genere una mayor confianza en el mercado español, buscando fortalecer y potenciar la confianza en los servicios de auditoría.
Sin duda, los auditores siguen teniendo por delante un gran reto en cuanto a reforzar dicha confianza en los mercados. El buen funcionamiento del sistema financiero se sustenta, en gran medida, en la confianza depositada en la información financiera que elaboran las compañías, ya que de su fiabilidad y transparencia depende que los gestores puedan tomar decisiones de forma ágil y eficaz, tanto de inversión como de financiación o endeudamiento. La garantía de calidad en los informes de auditoría es un pilar básico para garantizar la credibilidad de los mercados.
Del nuevo Reglamento de auditoría, cabe destacar la incorporación de la obligatoriedad del archivo electrónico, exigiendo que toda la documentación se compile en este formato, sin perjuicio de la obligación de seguir conservando la documentación original en formato papel.
El sector de la auditoría de cuentas no puede ser ajeno al avance inexorable de la era digital y tecnológica que se viene produciendo en los últimos años. Este paradigma provoca que todas las empresas deban adaptarse, por una cuestión de mera supervivencia, a este entorno en constante evolución.
El nuevo marco normativo exige que los auditores y sociedades de auditoría se adapten a esta realidad, mediante el desarrollo de sistemas informáticos eficaces que imposibiliten la modificación de los archivos de cada trabajo de auditoría una vez transcurrido el plazo máximo de compilación.
Por otro lado, la pandemia de la Covid – 19 ha marcado las auditorías realizadas en este ejercicio, y ha puesto de manifiesto la importancia de aumentar el trabajo y el análisis de evaluación del control interno.
Esta pandemia ha tenido un gran impacto en las organizaciones de las compañías y por ende en su control interno. Si como auditores planteamos la estrategia de auditoría sin realizar una adecuada evaluación del control interno, y nos centramos únicamente en aspectos contables, la probabilidad de no identificar posibles riesgos de fraude o errores materiales en los estados financieros será más elevada.
La concurrencia de dos hechos que han sido denominador común desde 2020, los ERTES y el teletrabajo, han podido debilitar el sistema de control interno de las empresas, al haber tenido que modificar procesos mantenidos en el tiempo y que daban una seguridad a las transacciones de la compañía.
Esta circunstancia, ha hecho necesario en muchos casos aumentar el número de horas del trabajo, así como una mayor implicación y colaboración con los órganos de gobierno de la empresa auditada.
En resumen, la realidad económica y normativa exige a los auditores ampliar su alcance del trabajo, a la vez que exige una calidad y garantía en sus informes de auditoría, que puedan ofrecer mayor confianza en los mercados. Para ello es imprescindible, incorporar la tecnología en el análisis de datos y los procedimientos de auditoría, que aporten integridad y eficacia para el posterior juicio profesional del auditor en el análisis de la información financiera.