Auditoría & Co

La publicación, en este mes de julio, del texto acordado sobre la propuesta de Directiva de información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés) ha resuelto una duda que se había planteado en la Comisión Europea en los últimos meses: ¿debería poder revisar la información no financiera la misma empresa que realiza la auditoría financiera?

Finalmente, la respuesta como no podía ser de otra manera ha sido un SÍ con mayúsculas, y se espera sea ratificada por el Consejo y Parlamento Europeo.

La Comisión Europea ha respondido afirmativamente a la propuesta del CRSD sobre la revisión conjunta de la información financiera y no financiera

Esta cuestión no ha hecho más que reforzar el planteamiento de la necesidad de una integración entre la revisión de la información no financiera, o de Sostenibilidad según la terminología que utiliza la nueva Directiva, y la información financiera.

La retroalimentación, además, debe ser bidireccional. Dicho de un modo muy sencillo, los auditores financieros necesitan el conocimiento de los expertos en sostenibilidad para la identificación de los riesgos no financieros. Y los verificadores de la información no financiera necesitan la experiencia de los auditores financieros, tanto para la cuantificación de los impactos que dichos riesgos generan, como para el soporte en todos aquellos aspectos de control interno que reforzarán los procesos de elaboración y reporte de la información no financiera.

La integración en la información corporativa de ambos ámbitos permite una retroalimentación bidireccional con ventajas en la elaboración y reporte y el intercambio de conocimiento de los expertos implicados.

Unos ejemplos pueden facilitar cómo se produce esta interdependencia:

  • Riesgos climáticos – La Ley de Cambio Climático y Transición Energética exigirá informes de Riesgos Climáticos a las compañías. El contenido de estos informes, que deberán monetizar dichos riesgos climáticos, tiene que ser coherente con la información que se publique en los estados financieros. Por lo tanto, los auditores financieros necesitarán especialistas en Cambio Climático.
  • Transparencia fiscal – Desde hace varios ejercicios se exige que las compañías que deban publicar sus Estados de Información No Financiera hagan pública su política fiscal y detallen esta información (así como la de beneficios y subvenciones), desglosada por país. Por lo tanto, aquí también se requiere una coherencia entre la información incluida en los Estados Financieros y en la de Sostenibilidad.
  • Doble materialidad – Si al concepto de materialidad, con las diferencias en cuanto a criterios y evaluación que suponen para la información financiera y no financiera, le sumamos el concepto de doble materialidad, sin duda la ecuación adquiere cierta complejidad. Este concepto está siendo ya objeto de requerimientos de información de la CNMV a pesar de que empezará a ser obligatorio con la entrada en vigor de la mencionada CSRD. Pero ¿qué implica el análisis de doble materialidad? Pues simplificando mucho, tener en cuenta no sólo el efecto que los asuntos de sostenibilidad de la compañía tienen en su entorno; sino también cómo estos asuntos le impactan financieramente a la compañía. Otra vez encontramos la necesidad de cuantificar y monetizar riesgos no financieros para ayudar a las compañías y a sus comités a ejecutar un análisis de materialidad adecuado.
Contar con expertos en auditoría, control interno y verificación de información permite dotar a la información no financiera de la transparencia y seguridad que demandan los grupos de interés.
  • Un marco europeo. El European Financial Reporting Advisory Group (EFRAG), de forma paralela al desarrollo reglamentario por parte de la Comisión Europea, está trabajando en los estándares europeos de informes de sostenibilidad (ESRS). Estos estándares para la “contabilidad no financiera” exigirán a las compañías reportar información sobre sus impactos ambientales y sociales, pero teniendo en cuenta ratios de información financiera, recursos asignados, etc.

Aunque estos son solo algunos de los ejemplos, queda clara la necesidad de contar con proveedores de servicios de auditoría, control interno y verificación que tengan experiencia y realicen la revisión de la información desde todos sus ángulos. Entramos en un terreno complejo, cuya regulación no ha hecho más que comenzar, y es preciso disponer del mejor equipo para que pueda entender y dar assurance a los grupos de interés sobre todos estos impactos, riesgos, interdependencias y requisitos regulatorios.

Bernardo Ruecker