Me parece interesante reflexionar sobre la Taxonomía Verde Europea para las firmas auditoras y su relevancia en nuestra búsqueda conjunta hacia una economía sostenible.
En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de proteger nuestro entorno, la Taxonomía Verde se ha convertido en una herramienta crucial para promover la sostenibilidad y guiar las decisiones empresariales.
Pero ¿Cuál es el objetivo?
La Taxonomía verde podemos definirla como el marco común establecido por la Unión Europea para determinar qué actividades económicas se consideran sostenibles.
Su propósito fundamental es establecer criterios claros y transparentes para identificar inversiones y actividades que respalden la transición para resolver la emergencia climática y medioambiental.
La meta de ‘cero emisiones’ es un compromiso que solamente se puede cumplir si todos nos involucramos y, para que nadie se desvíe del camino, la Taxonomía Verde es la guía que permite a inversores y empresas ver qué proyectos afectan negativamente al clima y al medio ambiente.
Los criterios de la Taxonomía Verde se basan en recomendaciones de expertos y científicos, que establecen seis objetivos principales:
El plan de la Unión Europea es impulsar las energías renovables y lograr el objetivo de reducir las emisiones de CO2 con el año 2050 como horizonte.
Nuevo desafío para el sector
Las firmas auditoras tenemos la oportunidad de colaborar estrechamente con las empresas para impulsar esta transición, lo que se conlleva enfrentar un doble reto:
Analizar si existen riesgos que amenacen de forma significativa la consecución de los objetivos previstos y de comprobar si los procesos diseñados, cubren esos riesgos o bien tienen que hacer cambios.
¿Qué tareas nos esperan?
Para abordar este desafío, las empresas de auditoría debemos formarnos y adquirir nuevas herramientas y tecnologías para el análisis de datos sostenibles, y la actualización constante para cumplir con los cambios en los criterios
Debemos considerar la inversión en sostenibilidad como una oportunidad a largo plazo para diferenciarse en el mercado, atraer nuevos clientes conscientes del medio ambiente y contribuir al desarrollo sostenible en la región.
La implementación de la Taxonomía Verde es un desafío emocionante pero fundamental en nuestro camino hacia una economía sostenible.
Si bien es cierto que su adopción implica cambios significativos en las prácticas y enfoques empresariales, estamos seguros de que tenemos la capacidad y la determinación para superar este reto.
¡El futuro sostenible está en nuestras manos!
Por Mercè Martí Queralt, Presidenta de Kreston Iberaudit