La Doble Materialidad es un requisito de la nueva Directiva Europea de Informes de Sostenibilidad Corporativa y completa el enfoque de la Materialidad tradicional.
La crisis climática, la vulnerabilidad de los Derechos Humanos, las desigualdades sociales o la preocupante situación de pobreza que todavía viven algunos países, están en el foco de las principales instituciones globales como las Naciones Unidas o la Unión Europea.
Aunque existen mecanismos para combatir esta situación como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y normativas como la nueva Directiva Europea de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), hay un aspecto que muchas empresas todavía no han abordado: la identificación de los impactos reales o potenciales sobre el entorno, antes de cuantificarlos y abordarlos. Para abordar cualquier estrategia o informe de sostenibilidad, es necesario haber realizado antes un Análisis de Materialidad.
Entendiendo la Materialidad
El “análisis de materialidad de impacto” sirve para identificar las cuestiones relevantes para la empresa y sus grupos de interés, permitiendo así priorizar qué aspectos ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) se deben abordar a nivel estratégico y de reporting. Este análisis consiste en:
Este ejercicio permite conocer la importancia de ciertos aspectos por parte de los grupos de interés y de la compañía, trazar una estrategia de gestión de los impactos y enfocar los recursos de la organización hacia asuntos cruciales para la sostenibilidad del negocio.
Evolución hacia la Doble Materialidad
A medida que nos acercamos a 2030, la presión de los países por alcanzar los objetivos sostenibles, como la reducción de las emisiones, hacen que las normativas y requerimientos se vuelvan más exigentes. En este sentido, con la CSRD, que modificará la actual Directiva NFRD, se amplía el alcance de las empresas impactadas, los estándares de presentación de la información se vuelven más complejos, y la materialidad se vuelve doble, permitiendo una doble perspectiva del impacto (impacto de la empresa en el entorno, e impacto del entorno en el valor financiero).
Si bien en España la Ley 11/2018, de 28 de diciembre - trasposición nacional de la NFRD – incluye el concepto de materialidad, muchas empresas no lo abordan con la profundidad que requiere.
Los 3 pasos clave de la Doble Materialidad
Si bien la CSRD obligará a realizar este tipo de análisis, no establece un único procedimiento a seguir por lo que es recomendable contar con el apoyo de expertos para evaluar las oportunidades y/o riesgos que se presenten a raíz de cualquiera de los temas identificados como materiales.
Para orientarte en el proceso, proponemos 3 pasos clave para abordar con éxito la Doble Materialidad:
Cabe destacar que en estos tres pasos se deben contemplar, no solo las actividades de la empresa, sino el conjunto de la cadena de valor (“upstream” y “downstream”). Además, el proceso debe estar documentado para que la información pueda ser respaldada y verificada de conformidad con la nueva Directiva.
Por último, es importante que los resultados de la Doble Materialidad queden reflejados en la estrategia corporativa para asegurar su alineación con la estrategia de sostenibilidad.
Entrada en vigor e implicaciones de la nueva normativa
La nueva Directiva, que obliga a realizar el análisis de doble materialidad, entrará en vigor en enero de 2024 para las empresas ya sujetas a la NFRD, quienes en 2025 deberán presentar el informe de sostenibilidad de acuerdo con los ESRS del ejercicio 2024. Seguidamente, las empresas que cumplen con dos de estas tres circunstancias - más de 250 empleados, más de 20M€ del total de activo y más de 40M€ de importe neto de cifra anual de negocios - deberán adecuarse a partir de enero de 2025 para presentar su informe de sostenibilidad en 2026.
En conclusión, abordar el análisis de doble materialidad no es una tarea sencilla. Requiere de un entendimiento profundo de lo que necesitan los grupos de interés y de una documentación exhaustiva de todo el proceso. Además, es una pieza clave para entender y gestionar la sostenibilidad, así como para el cumplimiento normativo. Conociendo la inminente entrada en vigor de la CSRD, es prioritario empezar a desarrollar los mecanismos necesarios para facilitar este proceso.