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La vigente normativa sobre solvencia bancaria, conocida como Basilea III (“BIS III”) e instrumentada en Europa a través de la Directiva 2013/36 de requerimientos de capital y del reglamento 575/2013 sobre los requisitos prudenciales de las entidades de crédito (“CRR” y, conjuntamente con la Directiva 2013/36, “CRD IV”), prevé y establece la conveniencia de que las entidades de crédito puedan dotarse, en determinadas proporciones, de diferentes instrumentos en la composición de su capital regulatorio, con el fin de optimizar su estructura de capital.

El CRD IV incluye dentro de las definiciones de capital disponible para las entidades de crédito, además del conocido capital de máxima calidad o nivel 1 (“Common Equity Tier I” o “CET1”), dos categorías adicionales de capital regulatorio que deberán ser cubiertas bien con CET1, más costoso y menos eficiente, o con los siguientes instrumentos específicos:

  • Capital de nivel 1 adicional (“Additional Tier 1 Capital” o “AT1”): con un nivel de emisión óptimo de instrumentos del 1,5% de los Activos Ponderados por Riesgo (“APR”).
  • Capital de nivel 2 adicional (“Additional Tier 2 Capital” o “AT2”): con un nivel de emisión óptimo de instrumentos del 2,0% de los APR.

Con el actual marco normativo, estamos afrontando un panorama no exento de incertidumbres, con un marcado sesgo hacia el incremento de los requerimientos de capital exigido, en pos de una política económica y monetaria prudente y conservadora sobre la gestión de capital y solvencia por parte de las entidades financieras. En este sentido, ¿Qué papel juegan los CoCos en la gestión optima del capital y en la regulación en vigor? Para ello, primero debemos entender qué son los CoCos y si son tan peligrosos como su nombre indica.

El CoCo es un acrónimo de “Contingent convertible bonds”. Los CoCos, también conocidos en el sector como bonos AT1, son instrumentos híbridos perpetuos, es decir, bonos que no tienen un vencimiento prefijado, y cuentan con la capacidad de absorber pérdidas, ya que se convierten automáticamente en capital cuando el nivel de solvencia de la entidad financiera cae por debajo de determinado límite o cuando el regulador lo considera necesario, convirtiendo al original bonista en accionista.

A nivel europeo, desde abril de 2013, los bancos europeos han emitido más de 90.000 millones de euros de este tipo de deuda, destacando dentro de éstos los cerca de 10.000 millones de euros que las entidades financieras españolas como el BBVA, Banco Santander y Banco Popular han emitido al mercado, siendo este último uno de los pocos bancos europeos que ya han completado su colchón de AT1 y no necesitan emitir más. Estas emisiones han mejorado tanto sus ratios de capital total como sus coeficientes de apalancamiento, a la vez que han fortalecido sus posiciones de cara a las agencias de rating por su colchón de protección. Sin embargo, hay una contrapartida a considerar como es su coste.

BBVA fue la primera entidad que lanzó CoCos en abril de 2013, por un total de 1.500 millones de dólares. El cupón se situó en el 9%, el más alto de entre todas las emisiones que lanzó la banca europea, mejorando dicho coste en posteriores emisiones (primero al 7% y luego al 6,75% en la emisión realizada a principios de 2015).

En el caso de Popular, la rentabilidad anual se situó en el 11,5% en su primera emisión de CoCos, colocada en octubre de 2013. A principios de 2015, volvieron a probar suerte con una segunda colocación y lograron rebajar el precio, pero aun así tuvo que pagar un cupón del 8,25%.

Santander ha sido el banco capaz de ofrecer los tipos más bajos: el 6,25% en dos de sus emisiones llevadas a cabo en 2014 y el 6,375% en la colocación realizada en dólares, también en 2014.

Sin embargo, la situación actual es muy distinta. La rentabilidad que exigen los inversores para comprar un CoCo es tal que los bancos que están acudiendo a este tipo de instrumentos han tenido que incrementar sustancialmente sus cupones. A inicios de este año, BBVA volvió a acudir a estos instrumentos, emitiendo 1.000 millones de euros, aunque pagando ahora un 8,875%.

Más recientemente, Bankinter ha anunciado la colocación de 200 millones de euros en CoCos, si bien han reconocido que este mercado se ha encarecido mucho en los últimos meses, desde tipos cercanos al 6% a tipos próximos al 9%, reduciendo el importe inicial que habían estimado en 350 millones de euros.

No obstante, aunque su coste puede parecer alto a primera vista, su deducibilidad fiscal hace que sea todavía sustancialmente inferior al del capital ordinario. Debe tenerse en cuenta que en caso de problemas, el instrumento se convierte directamente en capital.

En los primeros meses de este 2016, los inversores han mostrado temor a una nueva ralentización de la economía mundial, que pudiese afectar de forma notable al negocio bancario, temiendo que las entidades financieras vuelvan a afrontar problemas de solvencia, e incluso que alguna entidad pudiera suspender el pago del cupón de sus CoCos. Este es el caso del Deutsche Bank, quien presentó unas pérdidas históricas de 6.700 millones a principios de año. Los CoCos que lanzó dicho banco el 20 de mayo de 2014, con un cupón del 6,25%, llegaron a cotizar a principios de año un 30% por debajo de su valor nominal. De nuevo, reaparecen así los fantasmas de cierto colapso en el sector financiero, produciéndose un efecto contagio sobre el resto de las entidades financieras europeas.

La regulación actual no evita que surjan numerosas incertidumbres acerca de las condiciones de pago y conversión de estos instrumentos, dado que no deja del todo claro cuándo una entidad deja de tener la capacidad de pagar los cupones de sus CoCos.

Estas dudas, junto al escenario económico y financiero actual, en el que se contempla la posibilidad de un parón en la economía que afecte al negocio bancario, han formado una combinación peligrosa, causando una gran preocupación en los inversores sobre la capacidad de la banca europea de resistir el entorno actual y sobre su impacto en el capital de la misma. Si este hecho se sustancia, los primeros que lo pagarán son los tenedores de CoCos, haciendo honor a la otra acepción de su nombre.

Por Juan Carlos Grüber | Advisory