El Código de Ética del IAI establece, en su apartado de “Principios-Objetividad”, que “… Los auditores internos hacen una evaluación equilibrada de todas las circunstancias relevantes y forman sus juicios sin dejarse influir indebidamente por sus propios intereses o por otras personas”.
Los Principios Fundamentales para la Práctica Profesional de la Auditoría Interna indican que “La
Auditoría Interna:
- Demuestra integridad.
- Es objetiva y se encuentra libre de influencias (independiente)”.
La Norma 1100 –Independiencia y Objetividad- del IAI establece que “La actividad de Auditoría Interna debe ser independiente y, los auditores internos deben ser objetivos en el cumplimiento de su trabajo”.
Igualmente, la Norma 1110.A1 del IAI establece que “La actividad de la Auditoría Interna debe estar libre de injerencias al determinar el alcance de Auditoría Interna, al desempeñar su trabajo y al comunicar sus resultados. El Director de Auditoría Interna debe declarar dichas injerencias al Consejo, si las hubiese, y tratar sus implicaciones.”
Tanto el Código de Ética como los Principios Fundamentales y las Normas del IAI indican que Auditoría Interna debe estar libre de cualquier presión o injerencia al realizar su trabajo en cualquiera de sus fases.
Desde el punto de vista operativo, Auditoría Interna debería contar con un “Manual de Auditoría Interna (políticas y procedimientos)” que contuviera un apartado sobre cómo proceder en el caso de que los auditores internos o el propio director de Auditoría Interna tuvieran situaciones de presión o injerencia en su desempeño diario. El procedimiento debería incluir un sistema de escalado, en función de su gravedad, para tratar las presiones o injerencias, llegando a la alta dirección y al Consejo, si procediera.
