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Cada vez existe una mayor exigencia por parte de reguladores, accionistas, inversores, Administración, etc para integrar la sostenibilidad como un área indispensable en la estrategia de negocio.

En este sentido, el cálculo de la huella ambiental se ha identificado como un elemento clave para desarrollar productos sostenibles y, sobre todo, para dotar a la política ambiental de las empresas de un verdadero enfoque estratégico.

El mejor método para su cálculo es el Análisis del Ciclo de Vida o ACV. Sin embargo, en muchas ocasiones, se basa en un enfoque parcial, ya que se centra únicamente en un solo aspecto ambiental o en una fase del ciclo de vida, carece de una metodología apropiada y no se tiene en cuenta la estrategia de la organización. Esto puede dar como resultado una huella ambiental incompleta y, por tanto, insuficiente para convertirse en una ventaja competitiva para la empresa.

El cálculo de la huella ambiental no puede estar basado solamente en el conocimiento formal de las tendencias en sostenibilidad, debe tener en cuenta factores clave para la empresa como su propia estrategia, los procesos internos y de cadena de valor, los riesgos o las posibles implicaciones legales, fiscales y regulatorias. Además, es imprescindible combinarlo con una metodología probada, fácil y alineada con los estándares marcados por la norma ISO 14040 y las guías de la Comisión Europea, lo que será la clave para convertir la huella ambiental en un elemento fundamental de la estrategia de una organización.

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  • By PwC
  • 31/12/2011