Auditoría & Co

El Covid-19 está poniendo del revés la forma de trabajar de las empresas de todo el mundo. La responsabilidad recae sobre todo en los equipos directivos ejecutivos, que son los que tienen que gestionar el día a día de los cambios para hacer frente al impacto de la pandemia. Pero una parte importante del trabajo corresponde a los consejos de administración, como inspiradores de la estrategia de la compañía y últimos responsables de su gobernanza.

La encuesta anual Corporate Directors Survey, que cada año elaboramos en PwC, recoge en la edición de 2020 un apartado dedicado a las consecuencias del Covid-19 en la actividad de los consejos de administración de Estados Unidos. A partir de las opiniones de casi 700 consejeros de algunas de las compañías más importantes del mundo, la encuesta permite extraer conclusiones interesantes, que con la debida cautela pueden servir como aproximación a la realidad de las empresas en Europa.

Un primer corolario de los resultados de la encuesta es que los consejeros tienen una visión acrítica de su gestión y de la de sus colegas durante la crisis. Las consideraciones positivas que hacen de la misma rozan la exageración: el 98% cree que sus consejos de administración han respondido bien o muy bien a los desafíos de la pandemia en términos de liderazgo, y porcentajes muy similares o ligeramente más bajos se obtienen cuando se les pregunta por su gestión en materia de operaciones internas, problemas con las cadenas de suministros, escasez de talento, trabajo remoto, relaciones con los empleados o comunicaciones con los clientes. Aquí ya podemos atisbar un problema, porque la opinión que tienen los consejeros no coincide con la realidad (es obvio que en la gestión de la crisis ha habido empresas que lo han hecho bien, regular y mal). La confianza siempre es buena, pero el exceso de confianza conduce a la complacencia en la toma de decisiones.

Más interesantes, por menos sesgadas, pueden ser las opiniones sobre cómo ha cambiado la forma de trabajar de los consejos de administración en Estados Unidos. Hay algunos cambios evidentes. Se acabaron los viajes, las comidas de trabajo, los seminarios de estrategia y hasta las reuniones presenciales del propio consejo. Pero el ritmo de trabajo no ha menguado. Al contrario, la mayoría de los consejeros dicen que echan más horas que antes. Sobre todo, en sus tareas específicas del consejo y también en las relacionadas con su pertenencia a los comités de auditoría y de riesgo. En todas estas funciones se ha incrementado la frecuencia de las reuniones y también ha habido un aumento de la información que reciben los gestores.

En el informe también se pregunta sobre los cambios estratégicos que han tenido que implementar los consejos de administración para afrontar los efectos de la pandemia. Aquí se apunta claramente hacia dos tipos de medidas: la reorganización de la deuda (o la ampliación de la capacidad de endeudamiento) y los cambios en la asignación de capital. Ambos casos son citados por el 50% de los encuestados. También es bastante recurrente la reducción o eliminación de la recompra de acciones, que ha sido llevada a cabo por el 39% de las compañías.

Sorprende, en sentido contrario, la relativa escasa mención (el 20%) que se hace de la adopción de medidas para reorganizar las operaciones de la cadena de suministro. La rápida recuperación de la economía china, que es la única que va a crecer este año entre las más importantes del mundo, puede haber influido en que no haya habido necesidad de tocar mucho la red de proveedores.

¿Qué quedará en el futuro de todo esto? La encuesta da por seguro que el impacto será permanente en el incremento del trabajo a distancia (un 95% sostiene que el cambio será significativo o moderado) y en la reducción de los viajes (un 89%). También puede tener incidencia el incremento de la liquidez (que será estructural para el 73%), la reducción de la globalización (70%) y la tendencia a la consolidación(66%).

El mundo ya no es el mismo. Como demuestra la encuesta, la crisis global provocada por la pandemia obliga a los consejos de administración a enfrentarse a grandes desafíos. Pero la situación también crea oportunidades para las empresas y los directivos que demuestren una fuerte capacidad de liderazgo y una visión a largo plazo de su estrategia de negocio.

Ramón Abella

Socio de PwC España