Auditoría & Co

Estaremos todos de acuerdo en que este ha sido un año sin precedentes. Cuando desde la firma lanzamos el centro de recursos de presentación de información financiera sobre la COVID-19 en el mes de marzo, ninguno esperábamos que las cuestiones que estábamos abordando serían parte de la nueva normalidad … Y estamos seguros de que los que finalicen el ejercicio en las próximas semanas ya estarán pensando en cómo reflejar los efectos de la pandemia y el impacto en los resultados, la situación financiera y los flujos de efectivo de la empresa.

En este artículo incluimos algunas de las situaciones y retos, en forma de preguntas abiertas, a los que deben enfrentarse los responsables de la preparación los estados financieros del ejercicio 2020.

La cuenta de resultados

Las consecuencias de la COVID-19 en un gran número de empresas no tienen precedentes, son ciertamente extraordinarias. Entonces, ¿dichas circunstancias qué implican para sus estados financieros, concretamente en su cuenta de resultados? Aunque nada en los estados financieros puede etiquetarse como extraordinario, reflejar correctamente la situación ayudará a los usuarios a comprender mejor cómo ha afectado la COVID-19 a los resultados de la empresa. Es especialmente importante que tanto la parte introductoria como los diferentes apartados y notas de la información financiera de su informe anual ofrezcan información coherente.

Las principales cuestiones a considerar son:

  • ¿Dónde se comunican mejor los impactos? ¿En el comentario de la dirección? ¿En la cuenta de resultados o solo en las notas?
  • ¿Está siendo neutral e imparcial en su valoración de los impactos? Si quiere hacer hincapié en los costes incrementales, ¿está preparado para destacar los ingresos adicionales?
  • ¿Ha tenido en cuenta las expectativas de los reguladores?

Por último, pero no por ello menos importante, ajustarse a la información financiera histórica. No existe margen en los estados financieros para cifras proforma o simulaciones para mostrar qué resultados habría alcanzado su empresa de no haberse producido la pandemia. La cuestión no es qué habría sucedido y cuántos ingresos podría haber obtenido, sino lo que realmente ha tenido lugar.

Pérdidas crediticias esperadas

Hoy en día, las empresas tienen que registrar pérdidas crediticias que esperan que se materialicen en el futuro. Y la gran disrupción e incertidumbre económica que vamos a afrontar lo dificulta mucho más. El ejercicio consiste en plantearse, en función de lo que sabemos hoy, diferentes escenarios futuros plausibles y, a continuación, estimar qué probabilidad tiene cada uno y su impacto en las pérdidas crediticias.

Para los bancos y las entidades financieras, este será el mayor reto en materia contable de este cierre de ejercicio.

Las pérdidas crediticias esperadas han de reflejar las condiciones presentes y las expectativas futuras, por lo que hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • ¿Qué fuentes ha utilizado para componer su punto de vista?
  • ¿Cómo se han actualizado sus modelos e hipótesis?
  • ¿Cómo se ha revalorado el riesgo crediticio de los prestatarios y otros deudores?

El concepto relevante es esperadas. No se puede esperar a que un cliente deje de pagar para contabilizar una pérdida. Esto se aplica también a los deudores comerciales, por lo que si sus modelos de cuentas a cobrar aportan una ponderación muy elevada a los datos históricos, deberá actualizarlos para reflejar el impacto de la pandemia.

Ayudas públicas

Existe una norma que aborda la contabilización de las ayudas públicas –la NIC 20–, que estipula un umbral específico para reconocer una subvención. Pero debe plantearse algunas preguntas antes de aplicar la NIC 20 en el cierre de ejercicio.

Tres preguntas clave rigen la contabilización:

  • ¿Cuál es la normativa apropiada? ¿Es la NIC 20?
  • Si es una ayuda pública, ¿cuándo la contabilizo por primera vez?
  • ¿Cómo reconozco esa ayuda en la cuenta de resultados, en términos del momento y criterio de clasificación?

Y todo ello en el contexto de velar porque sus estados financieros comuniquen claramente el impacto de todas estas ayudas públicas a sus grupos de interés.

Deterioro del valor de los activos

Para muchas empresas, la COVID-19 ha sido el factor desencadenante de las pruebas de deterioro del valor. Calcular el valor recuperable se ha vuelto más complicado dada la incertidumbre del horizonte macroeconómico. Esto puede afectar a su enfoque de proyección de flujos de efectivo a la hora de calcular dicho importe recuperable, e implicará la necesidad de realizar nuevas hipótesis para efectuar el cálculo.

Entre las cuestiones clave a plantearse estarían las siguientes:

  • ¿Ha actualizado las hipótesis clave empleadas en periodos anteriores?
  • ¿Son razonables y justificadas las hipótesis clave?
  • ¿Ha revelado dichas hipótesis clave y la incertidumbre en la estimación en torno a ellas?

Asimismo, necesitará desglosar sensibilidades para explicar cómo afectan al valor recuperable los cambios razonables en las hipótesis clave.

Riesgo e incertidumbres

Debe considerar cómo van a afectar los riesgos y la incertidumbre provocados por la pandemia en su contabilidad y los desgloses sobre instrumentos financieros. El problema número uno para la mayoría de los inversores va a consistir en evaluar si—y cómo— la empresa va a sobrevivir a la pandemia, si verá la luz al final del túnel. Para ello es crucial evaluar el riesgo de liquidez –que estriba en si dispone de financiación para sustentar su negocio–, pero también deberá reflexionar sobre el riesgo de crédito –que estriba en si va a recuperar los importes que le adeudan– y el riesgo de mercado –que es el impacto del riesgo de divisas, el riesgo de tipo de interés y demás riesgos de precio sobre instrumentos financieros.

Las cuestiones principales a plantearse serían:

  • ¿Qué exposición tiene al riesgo de liquidez, al riesgo de crédito y al riesgo de mercado?
  • ¿Cómo los está gestionando?
  • ¿Cómo contribuye esto a la manera en que valora los instrumentos financieros relacionados?
  • ¿Cómo facilitar desgloses con la suficiente transparencia?

Todo esto requerirá examinar, actualizar y aumentar los desgloses que se han de proporcionar, especialmente en comparación con los que podrían haberse incluido en informes anuales anteriores.

Concesiones al alquiler

Si en 2019 se incluyeron los arrendamientos en el balance, en 2020 el aspecto clave han sido las modificaciones de los contratos de arrendamiento en respuesta a la pandemia de COVID-19. El número y la variedad de las concesiones al alquiler ha sido espectacular.

La mayoría de los casos la aplicación de la NIIF 16 en caso de modificación del contrato de arrendamiento, es compleja y, en ocasiones, ha generado resultados anómalos. Por ello, el IASB ha adoptado medidas para facilitar el registro del impacto que las modificaciones puedan tener en los estados financieros, así como en la operativa de las compañías.

Se ha modificado la NIIF 16 para incluir exenciones a la contabilidad de las concesiones al alquiler. En virtud de estas exenciones, si acepto pagar menos renta en 2020, generalmente reconoceré una ganancia en dicho ejercicio. Tiene lógica, ¿verdad? Pero la exención es limitada. Sólo es de aplicación a los arrendatarios, y expira en junio de 2021.

Naturalmente, los reguladores también se están centrando en esto. Van a exigir desgloses claros a los arrendatarios que apliquen la exención y también a los arrendadores. Hemos publicado directrices detalladas sobre la contabilidad de las concesiones al alquiler que pueden acogerse a la exención y las que no, y hemos preparado también ejemplos de desgloses que le ayudarán a preparar sus estados financieros de 2020. Y probablemente también los de 2021.

Provisiones

Muchos inversores están esperando malas noticias en los informes financieros de 2020, y podría resultar muy tentador para las empresas reconocer provisiones más elevadas y achacarlo a la COVID-19. Pero la contabilización de provisiones de conformidad con las NIIF no consiste en apartar fondos para cubrirnos ante una posible mala racha en el futuro, sino en reflejar las obligaciones existentes de la empresa en la fecha de presentación de la información financiera.

Hay tres elementos clave que hemos de recordar al dotar provisiones:

  • No se pueden provisionar pérdidas de explotación futuras, únicamente obligaciones existentes al cierre del ejercicio.
  • Se debe identificar el suceso desencadenante correcto; puede ser resultado de una actividad /hecho del negocio y no la COVID-19.
  • Si está efectuando una reestructuración, necesitará un plan y deberá ajustarse al mismo.

Dicho plan necesitará ser detallado, y deberá existir una expectativa válida de aplicarlo, antes de dotar una provisión.

El último punto de la contabilización de provisiones es: asegúrese de que está realizando desgloses relevantes y siendo transparente a la hora de informar sobre las incertidumbres, juicios de valor y estimaciones en sus estados financieros.

Elaborar estimaciones en tiempos de incertidumbre

Ahora más que nunca, debe ser proactivo en la planificación, y realizar los ajustes necesarios en sus procesos y controles para elaborar estimaciones. Esto incluye compartir información y conversar con la comisión de auditoría y los auditores externos desde el principio.

Tres preguntas clave:

  • ¿Qué estimaciones son más complejas, subjetivas o inciertas?
  • ¿Son apropiados los métodos, hipótesis y datos utilizados en estas estimaciones?
  • ¿Qué necesita comunicar a los usuarios?

En particular, debe tener en cuenta que, dado que las condiciones están sujetas a cambios muy rápidos:

  • Las principales fuentes de incertidumbre en la estimación pueden ser diferentes a las del pasado ejercicio; y
  • El grado de variabilidad en las mismas en la estimación también pueden ser mayores que las del año anterior.

Si una estimación incluye hipótesis altamente sensibles a cambios en las condiciones económicas, el rango de resultados de la valoración que se considera razonablemente posibles podría ser significativo. Por lo tanto, será crucial que los desgloses que realice ayuden a los lectores a entender las fuentes de incertidumbre en la estimación y los juicios de valor significativos que se han realizados.

Principio de empresa en funcionamiento

La COVID-19 sigue afectando a muchas empresas, creando múltiples incertidumbres y poniendo en duda si algunas incluso sobrevivirán. Debe prestar atención a si su empresa cuenta con suficiente liquidez para seguir atendiendo sus obligaciones a su vencimiento. Nadie puede predecir el futuro con exactitud y la valoración del principio de empresa en funcionamiento podría no resultar fácil, pero no cabe duda de que los inversores y los reguladores esperan valoraciones del principio de empresa en funcionamiento y desgloses transparentes de las incertidumbres. Querrán saber cómo se ha realizado la evaluación y los juicios de valor aplicados.

Es este caso, hay tres elementos a tener en cuenta:

  • Si se han actualizado sus presupuestos y previsiones para este entorno económico cambiante;
  • Los diferentes escenarios económicos analizados, incluido el más desfavorable; y
  • Si sus planes de mitigación son alcanzables y realistas.

El que haya podido conseguir financiación en el pasado no significa que pueda lograrlo ahora. Recuerde: sus desgloses sobre la aplicación del principio de empresa en funcionamiento serán examinados si ha identificado incertidumbres materiales, o si no existen tales incertidumbres, pero ha aplicado juicios de valor significativos para llegar a esa conclusión.

En definitiva, estos estados financieros reflejarán un ejercicio con un entorno inédito, y con múltiples cambios e impactos que es preciso abordar desde el rigor, el entendimiento y la necesidad de transparencia hacia los distintos grupos de interés, dado que serán la base sobre la que asiente el negocio en el futuro.

Marisa Pérez Puerta

Socia del área de Accounting Advisory Services, Marisa es experta en normativa contable y ha participado como socia responsable en la evaluación y aplicación de las NIIF, las IPSAS y el Nuevo Plan General Contable en importantes grupos nacionales e internacionales, así como en sus adaptaciones (empresas concesionarias, empresas públicas y entidades sin ánimo de lucro).

Fuente: KPMG

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