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Si observamos el registro histórico de los últimos años, la demanda de oro ha mantenido en niveles similares durante los últimos 9 años y con una caída del 1% en el 2019. En el primer trimestre de 2020 dicha demanda aumentó un 36% debido a la percepción de valor seguro que tiene el material para inversores minoristas. Sin embargo, también es significativa la caída récord que tuvo la demanda de joyas en el primer trimestre del citado año, impacto negativo que se ocasionó principalmente por China, el mayor consumidor de joyas a nivel mundial.

A pesar de encontrarnos en un escenario volátil, el oro sigue siendo una materia prima de inversión sólida y que genera rendimientos positivos a largo plazo. Un valor que sigue teniendo una función relevante en los mercados tecnológicos, de joyas y construcción.

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