Auditoría & Co

El IASSB (Consejo de Normas Internacionales de Auditoría y Aseguramiento) aprobó en diciembre de 2020, tres normas relativas a la gestión de calidad que deberán aplicarse por las firmas de auditoría para los trabajos de auditoría que se realicen a partir del 15 de diciembre de 2022. Estas tres normas son:

  • La ISQM-1 (Quality Management for Firms that Perform Audits), que es la norma de gestión de calidad que aplicará a las firmas de auditoría que realicen trabajos de auditoría, revisiones de estados financieros y otros trabajos de aseguramiento.
  • La ISQM-2, (Engagement Quality Reviews),que es la norma que se aplica para revisiones del control de calidad de los encargos.
  • Por último la NIA-220 revisada, que hace referencia a la auditoría de los estados financieros. Aborda la responsabilidad de cómo el socio lleva a cabo la gestión de la calidad a nivel del encargo.

Éstas vienen a sustituir a la actual norma de control de calidad interno (NCCI) en España, y que básicamente es una traducción de la ISQC1, a nivel internacional.

La propia denominación de las normas de gestión de calidad, anticipan un primer cambio de enfoque, pasando del cumplimiento de requisitos y principios, en la que está basada la actual norma de control de calidad interno, a un enfoque proactivo en el que será la propia firma de auditoría quien deberá gestionar la calidad, a través de la identificación y evaluación de los riesgos de calidad a los que se enfrenta su actividad y dar respuesta a dichos riesgos, lo que se implicará una escalabilidad en el cumplimiento de la norma, en función del tamaño de la firma.

El cambio de enfoque y el desarrollo de estas nuevas normas responden a la necesidad de dar respuestas a aspectos críticos que han sido identificados durante un largo proceso de análisis como son :la necesidad de mejorar al gobernanza y liderazgo de las firmas de auditoría, la implantación de la cultura o “ tone of the top” de la Dirección, el fortalecimiento de la responsabilidad del socio encargado del encargo de auditoría, así como, la de hacer más sólida la revisión del control de calidad del encargo realizado por un socio EQCR. En definitiva, las nuevas normas de gestión calidad tratan de subir el listón de la calidad, con el fin de dar mayor confianza a los usuarios del informe de auditoría.

La adopción de estas normas en nuestro ordenamiento está prevista en la Disposición final segunda del Reglamento de Auditoría (Real Decreto 2/2021 de 12 de enero), bajo la rúbrica “ Modificación de las normas de control de calidad interno” en el que se indica que “ (…) en el plazo máximo de tres meses desde la entrada en vigor de este reglamento, se adaptarán las normas de control de calidad interno de los auditores de cuentas a lo establecido en los artículos 28 de la Ley 22/2015, de 20 de julio, y 67 de este reglamento, a iniciativa de las corporaciones de derecho público representativas de auditores de cuentas. Dichas normas tendrán como objetivo promover la máxima calidad y para ello podrán establecer requisitos específicos para el cumplimiento de los objetivos y principios del sistema de control de calidad establecidos por los mencionados artículos, de acuerdo con los principios y práctica comúnmente admitida en la Unión Europea.(…) ” Ello implica que posiblemente antes de que termine el año 2021 el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas emitirá una Resolución con las nuevas normas de control de calidad para que las firmas puedan durante el año 2022 adaptar su organización interna y sistema de control de calidad interno a las mismas.

Centrándonos, en la ISQM-1 que es la norma de gestión de calidad que aplicará a nivel de firmas de auditoría que realicen servicios de auditoría la misma implicará los siguientes cambios:

1º ) Una definición de los objetivos de calidad de las firmas, en función de su tamaño y del tipo de trabajos realizados, lo que implicará una proactividad tanto en la identificación y evaluación de los riesgos que puedan afectar al fin de la calidad (¿Qué puede salir mal?) y por otro, en el diseño e implementación de respuestas a dichos riesgos.

2º) Fortalecimiento del compromiso de la calidad mediante el establecimiento de una cultura que esté presente en toda la entidad, en la que se especifiquen roles, responsabilidades y rendición de cuentas del liderazgo, que debería ser impulsado por el Consejero Delegado (CEO) de la Firma.

3º) Identificación y aseguramiento de los recursos necesarios para llevar a cabo este objetivo de calidad, ampliándose el concepto a tres categorías (capital humano, tecnológico e intelectual), e incluso la relación con los proveedores de servicios, a diferencia de la actual Norma de Control de Calidad Interna (NCCI), que solo se refiere a los recursos humanos.

4º) Mejora de la información y comunicación interna entre las distintos procesos operativos de la firma y el sistema de gestión de la calidad y, externa; definiendo cuándo se deben llevar a cabo las comunicaciones con los encargados del gobierno corporativo de las entidades. Se debe apostar por un sistema de intercambio fluido de información y mayor transparencia entre los diferentes actores del negocio de la firma.

5º) Llevanza del sistema anual de monitoreo y remediación del sistema como un todo, que permita identificar las deficiencias y, en su caso, las acciones correctivas para que éstas sean efectivas.

En definitiva, la adopción de las normas, requerirán por parte de las firmas, cambios en su organización y un cambio firme en su apuesta por la calidad de los trabajos de auditoría.


Carlos Lahoz