Auditoría & Co

En esta época de continuos recortes e incertidumbre, los ciudadanos exigimos más detalles sobre cómo se gestiona nuestro dinero y se aplican los recursos públicos. Este deseo de transparencia no es sólo exigible a las propias Administraciones Públicas (Gobierno, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos), sino también a todo tipo de empresas, entes públicos especiales, consorcios públicos, agencias públicas, órganos de control, sindicatos, patronales, fundaciones, etc... 

Están a la orden del día, tanto en entidades públicas como privadas, y especialmente, en bancos, las situaciones en las que no se han tenido en cuenta los principios del buen gobierno corporativo. No sólo tenemos muy presentes a los bancos y cajas españolas, sino que, por ejemplo, hace poco ha estallado el escándalo “Barclays” en Reino Unido, dónde la entidad financiera está siendo investigada a fondo bajo la acusación de malvender y manipular los tipos de interés.

Como contribuyentes, confiamos en que el sector público emplea bien nuestro dinero y que establece unos mecanismos de control que garantizan la transparencia. Pero, contradictoriamente, las últimas noticias hacen aumentar el sentimiento creciente de desconfianza en estos mecanismos de control y, en consecuencia, en el conjunto de la gestión pública de nuestro dinero.

Promovido por la situación actual, el Gobierno ha elaborado un Anteproyecto de  Ley de transparencia y acceso de los ciudadanos a la información pública y buen gobierno que establece, entre otros aspectos, unos principios éticos y de actuación para los altos cargos públicos. Algunos ejemplos que incorpora este Anteproyecto de Ley son: la prohibición de recibir regalos que superen los usos habituales, ni favores o servicios en condiciones ventajosas; además, si se cometen infracciones en la gestión económico-financiera se deberán devolver las cantidades percibidas o satisfechas indebidamente e indemnizar a la Hacienda Pública.

Es evidente que con una cultura y ética empresarial basada en las buenas prácticas no sería necesaria dicha regulación. Pero la cascada de situaciones opacas que se han producido en los últimos meses han hecho imprescindible aumentar la necesidad de una mayor transparencia, no solo para mejorar nuestra imagen y credibilidad frente a los mercados exteriores, sino también para recuperar la confianza de la ciudadanía de nuestro país.

Siguiendo esta tendencia de aplicación de buenas prácticas, la “Oficina Antifrau de Catalunya” ha publicado “un decálogo de buenas prácticas” para concienciar y fomentar la transparencia en las empresas.

Bajo la óptica de la auditoría y en el marco de esta nueva situación nos preguntamos:

¿El modelo de auditoría también se ha de adaptar? ¿Cómo lo podemos hacer y en qué condiciones?

Una de las respuestas es tener en cuenta otros aspectos que aportan confianza a los mercados y a las propias compañías, como por ejemplo, mediante la elaboración de una revisión integrada.

Una revisión integrada es un informe que debería contener toda la información relevante acerca la estrategia, el gobierno, el comportamiento y los objetivos de la empresa, dentro del entorno económico, social y medioambiental.

Algunos de los documentos que deberían estar integrados en dicha revisión, para dar respuesta a la necesidad de transparencia que demanda el sistema, son las memorias de sostenibilidad y de buen gobierno corporativo, la prevención del fraude, la información sobre riesgos, la retribución de los administradores o la responsabilidad social corporativa.

El objetivo de este documento es aportar valor añadido, no sólo a los clientes sino al propio sistema, cumpliendo con la función social del auditor que se basa en generar transparencia y confianza.

Para ello el sector deberá formarse, re-educarse y buscar nuevos profesionales no sólo ya contables.

El gran volumen de información actual de las sociedades, no interrelacionada, hace que los usuarios puedan no localizar la información estratégica de una sociedad. No siendo útil, por tanto, para la toma de decisiones ni ayudando en muchos casos a las empresas a localizar sus riesgos y mitigarlos. Es importante en este tipo de encargo que la información cumpla unos requisitos: relevante, interconectada, homogénea, comparable, manejable, equilibrada, estratégica y verificable (Según documento AECA).

Audiaxis dispone de una estructura multidisciplinar en la que, adecuándonos a las circunstancias económicas actuales, podemos realizar una completa revisión de información financiera, social y medioambiental de la empresa, emitiendo un único documento verificativo de dicha información, en concordancia a las indicaciones internacionales (Global reporting Initiative), o adaptando éstas a las necesidades reales de la sociedad.

Nuestro objetivo es dar un valor añadido a la auditoría obligatoria o voluntaria, pudiendo analizar y verificar datos no sólo cuantitativos sino cualitativos, a través de los informes integrados.

Más información:

Blog keepintouch de Audiaxis www.audiaxis.com/blog

Autora:

Noelia Acosta. Socia de Audiaxis nacosta@audiaxis.com