La economía ya emerge. La buena marcha de la campaña de vacunación y el levantamiento paulatino de las restricciones se están dejando notar en la mejora de las expectativas de crecimiento, tanto en España como en Europa y en el conjunto del mundo. Así lo constata en el Consenso Económico del segundo trimestre de 2021 nuestro panel de expertos, empresarios y directivos.
España, regular tirando a mucho mejor
La situación de la economía española ya no es mala. Ahora, la mayoría de los encuestados la consideran regular y las expectativas para los próximos meses son muy favorables. La mejoría se aprecia, claramente, en la demanda de las familias (el 82% cree que el consumo va a aumentar en los próximos seis meses y el 54,5% que también lo hará la venta de vivienda). Las previsiones de los indicadores empresariales también evolucionan positivamente en inversión, exportación y creación de empleo.
La reforma fiscal es uno de los grandes compromisos que ha asumido el Gobierno como contrapartida a la llegada de los fondos del Programa Next Generation EU, y sus líneas maestras están siendo debatidas por un comité
Como consecuencia de esa tendencia, el consenso de los expertos apunta hacia un crecimiento del PIB del 6,3% (ocho décimas más que en la anterior encuesta) en 2021 y del 5,4% (seis décimas más) en 2022. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la encuesta se realizó entre el 2 y el 24 de junio, cuando todavía no se había producido la aceleración en los niveles de contagio del coronavirus, lo que puede enfriar el proceso de recuperación de la economía española.
A nivel internacional, las economías de Estados Unidos y China siguen siendo las mejor valoradas por nuestros expertos. En ambos casos, tres de cada cuatro encuestados consideran que su situación es buena o excelente, y con tendencia a progresar. La Unión Europea y Japón están en una fase más rezagada de la recuperación (la impresión mayoritaria es que no han salido todavía de una situación considerada regular), aunque también tienen claras expectativas de mejoría, tanto para finales de 2021 como para 2022.
Respecto a los riesgos de la economía mundial, la pandemia sigue siendo el más señalado, pero con tendencia a la baja respecto a consensos anteriores, cuando el coronavirus era casi lo único que importaba. En paralelo, crece la inquietud por el déficit y la deuda pública, que ya preocupa a casi el 50% de los consultados.
Sin tensiones en los tipos de interés, pero pendientes del BCE
Pese a los avisos que llegan del otro lado del Atlántico sobre un posible repunte de los tipos de interés, nuestros expertos no están preocupados, al menos de momento, por las tensiones en el precio del dinero.
Su previsión es que a finales de año el tipo de intervención siga en el 0%, si bien más de la mitad de los encuestados creen que a mediados de 2022 puede haber un ligero movimiento al alza. Lo que también es de esperar es que el Banco Central Europeo, a la vista de la recuperación, limite su programa de compras de activos, que está actuando a modo de dopaje para estimular artificialmente la economía. Casi un 60% de los encuestados así lo prevé.
En España, la inflación permanece contenida y se espera que a finales de año se sitúe en un moderado 1,6%, pese a las subidas actuales en los precios energéticos.
El consenso de los expertos apunta hacia un crecimiento del PIB del 6,3% (ocho décimas más que en la anterior encuesta) en 2021 y del 5,4% (seis décimas más) en 2022.
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Monográfico: la reforma fiscal que viene
La reforma fiscal es uno de los grandes compromisos que ha asumido el Gobierno con la Comisión Europea como contrapartida a la llegada de los fondos del Programa Next Generation EU, y sus líneas maestras están siendo debatidas por un comité de especialistas en temas tributarios. Nuestros expertos, empresarios y directivos señalan sus preferencias para transformar el sistema fiscal y restaurar la suficiencia financiera. En definitiva, opinan cómo se puede ingresar más, gastar menos y ganar en eficiencia.
Cómo recaudar más
Los encuestados no creen que la solución sea un aumento generalizado de la presión fiscal; casi el 70% están en desacuerdo con esta opción. Antes bien, apuestan mayoritariamente por un mayor esfuerzo contra el fraude fiscal (casi tres de cada cuatro lo recomiendan). Otra alternativa que se explora en la encuesta es la de los impuestos medioambientales. Dos de cada tres opiniones están a favor de potenciarlos, aunque no tanto por razones recaudatorias como por la conveniencia de desanimar el consumo no sostenible desde el punto de vista medioambiental.
La posibilidad de subir los tipos del IVA genera una cierta división entre los participantes, aunque son más (casi un 40%) los que están en contra. Medidas o recargos transitorios para elevar la presión en los impuestos, como el IRPF o el de Sociedades, también son rechazados por la mayoría. Tampoco deberían tocarse ni la fiscalidad de las rentas salariales ni las cotiza.
Dónde meter la tijera
La encuesta apunta claramente hacia el gasto corriente como principal partida a recortar para recuperar el equilibrio financiero. Tres de cada cuatro participantes están por la labor.
Otra forma de reducir gastos es el ajuste de las bonificaciones y los tipos reducidos en los diversos impuestos. En este punto, las opiniones son más matizadas. Casi la mitad están a favor, pero cuando se desciende al detalle por impuestos, no hay muchos partidarios de meter aquí la tijera. Solo en el caso del Impuesto sobre Sociedades hay un porcentaje significativo (41,2%) que defiende suprimir las exenciones y bonificaciones actuales. En el IRPF y en el IVA no hay consenso para eliminarlas.
Qué hacer con el Impuesto sobre Sociedades
La contribución de las empresas a la Hacienda común es objeto de discusión a nivel nacional e internacional. Los encuestados defienden su simplificación y también son partidarios en su mayoría de que los esfuerzos de la inspección se centren en los grandes grupos empresariales.
A nivel internacional, la opinión es concluyente: el 77,7% apoya el reciente pacto de la OCDE, firmado por 130 países, para establecer un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades, que trata de evitar el uso abusivo de las políticas de competencia fiscal para atraer a los inversores. Cosa distinta es si finalmente dicho acuerdo se llevará a la práctica. Casi la mitad creen que es poco probable.
Por otra parte, una amplia mayoría aboga por la supresión de los impuestos de Patrimonio y de Sucesiones, que también son objeto de debate público en España por las diferencias de aplicación entre comunidades autónomas.
Cómo financiar los servicios públicos
La encuesta indaga en un tema de tanta actualidad como el de la financiación de los servicios públicos. En particular, se pregunta a los expertos sobre la posibilidad de establecer un peaje a las autovías, una propuesta que el Gobierno ha puesto sobre la mesa en las últimas semanas. La respuesta no es concluyente, pero una mayoría relativa de los encuestados (un 36,5%) se manifiesta en contra.
Más oposición suscita la fórmula del copago en la educación, que es rechazada por el 39,4%. Por el contrario, la aplicación de sistemas de copago en los servicios de la sanidad pública y en los medicamentos cuenta con un respaldo significativo (un 44,2% lo aprueba).
Los encuestados están también preocupados por la situación financiera de las Administraciones Públicas y por la ausencia de mecanismos de control adecuados. Según el 61,2% de ellos, el precepto de estabilidad financiera de las Administraciones Públicas no está acompañado de una normativa sancionadora que limite suficientemente su incumplimiento. También hay críticas a la labor del Tribunal de Cuentas, que para la mayoría no ha cumplido con su función y debería ser sustituido por un organismo independiente.
El 77,7% apoya el reciente pacto de la OCDE, firmado por 130 países, para establecer un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades, que trata de evitar el uso abusivo de las políticas de competencia fiscal para atraer a los inversores.