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Durante la Segunda Guerra Mundial, el piloto de la Marina Imperial Japonesa Minoru Honda fue abatido y desapareció en el transcurso de un combate aéreo sobre la isla de Kolombangara (Islas Salomon). Ascendido doblemente a título póstumo, durante sus exequias recibió la pompa y honores propios de un héroe nacional. Cuando ya estaba convertido en motivo de orgullo para la Nación y su familia, apareció indemne y pasó a protagonizar una historia insólita para corregir aquel error fruto de la precipitación.

Todos conocemos la expresión en latín errare humanum est, que considera el error como algo intrínseco a la naturaleza humana. Sin embargo, esta locución atribuida a San Agustín sigue diciendo “sed perseverare diabolicum”, subrayando que mantenerse en el error es injustificable. Bajo esta misma lógica, las debilidades o deficiencias en los entornos de control son comprensibles, pero requieren ser enmendadas rápidamente para evitar que se mantengan. Los estándares modernos de compliance exigen evaluar el sistema de gestión cuando se detectan vulnerabilidades, para introducir los cambios que eviten que se reproduzcan. Por este motivo, el Guidelines Manual de la U.S. Sentencing Commission señala que el fallo en prevenir o detectar delitos no significa necesariamente que el programa de compliance no sea, en líneas generales, efectivo en la prevención y detección de conductas criminales. Es este mismo sentido se manifiestan tanto el Departamento de Justicia como el regulador norteamericano en su Guía conjunta de aplicación de la Foreign Corrupt Practices Act. En España, la Fiscalía General del Estado también adopta esta aproximación al señalar que la comisión de un delito en el seno de la persona jurídica no descalifica automáticamente un programa por inefectivo. Por consiguiente, nadie mínimamente informado puede equiparar un incumplimiento, aun cuando tenga dimensión penal, a la inadecuación del modelo de organización y gestión fijado para prevenirlo. Ahora bien, la perseverancia de sus fallos o la reiteración de irregularidades del mismo tipo sí cuestionan su efectividad, como acertadamente señala el Guidelines Manual de la U.S. Sentencing Commission.

Los superiores de Minoru Honda pensaron que enmendar la situación supondría molestias administrativas y desprestigio. Por ello, decidieron no variar su condición de caído en combate y héroe nacional, asignándole desde entonces las misiones solitarias más arriesgadas sobre territorio enemigo. Pensaron que, con toda probabilidad, los acontecimientos corregirían por sí solos la situación y harían coincidir la situación real del piloto con su estatus administrativo. Pero Minoru regresaba siempre ileso de las misiones más peligrosas, para pasmo de todos. Puesto que no terminaba de morirse, un oficial finalmente advirtió la situación y procedió a regularizarla, corrigiendo el error como debiera haberse hecho desde un principio.

Seguramente la escasa esperanza media de vida de los pilotos condicionó la reflexión de los superiores inmediatos de Minoru Honda, que prefirieron gestionar un error aplicando una decisión claramente equivocada. Las cadenas de desaciertos, en ocasiones provocadas inconscientemente por sesgos cognitivos, son un enemigo fatal en las gestiones de compliance, pues lejos de solucionar los problemas los perpetúan o los empeoran. Desarrollar un análisis y asumir decisiones de riesgo en solitario no es en absoluto aconsejable, debiendo formarse a las personas en la organización para que consulten a la función de compliance de forma natural. En el Video publicado este mes en de la Serie Compliance Basics se tratan, precisamente, las actividades formativas y de concienciación.

Cabe prestar especial atención a las llamadas irregularidades sistémicas o perseverantes, que son aquellas que se reproducen a pesar de haber sido detectadas e incluso objeto de planes para solventarlas. Una irregularidad sistémica revela la incapacidad del sistema de gestión de compliance o de los responsables de la organización para reconducirla, circunstancia especialmente preocupante. En ocasiones, la pervivencia de fallos y errores obedece a una falta de análisis de sus causas raíz, lo que lleva a diseñar planes de acción inadecuados para corregirlos. De ahí la importancia que dan los estándares modernos a realizar y documentar dicho análisis.

Al finalizar la guerra, cuando oficiales norteamericanos entrevistaron al piloto japonés, convertido en as de la aviación con 17 victorias aéreas acreditadas, pensaban que iban a encontrarse con un verdadero fanático, por haber participado en multitud de misiones prácticamente suicidas. Quedaron atónitos al comprobar que siempre censuró las prácticas de inmolación y que se limitó a sufrir pacientemente las consecuencias de un error mal corregido.

Alain Casanovas