El entorno europeo en el que nos encontramos y la evolución incesante de los mercados desencadenan la constante aparición de nuevas normativas, lo que constituye para las empresas españolas un desafío regulatorio de gran magnitud.
Por un lado, nuestros organismos reguladores nacionales cada vez tienen menos autonomía. Los “otrora” máximos responsables del buen funcionamiento del mundo empresarial han pasado a tener un papel más de control, quedando su función legisladora en segundo plano. El marco regulatorio viene impuesto por Bruselas y los diferentes organismos articulados por la Unión Europea para regular el mercado común. Buena muestra de ello son las nuevas normativas que han ido apareciendo en los últimos años y que son de obligado cumplimiento para nuestras empresas, como por ejemplo:
Por otro lado, la evolución de los mercados mundiales es también un factor muy importante en el aspecto regulatorio, que no sólo afecta a las grandes multinacionales que operan en diferentes mercados internacionales sino a cualquier empresa, incluidas las pymes. Una compañía que no quiera limitar sus productos y servicios al mercado local (que ya de por sí es exigente en lo referente a regulación) ha de cumplir con diferentes normativas internacionales que regulan y establecen los procesos específicos que se han de implantar en la producción, fabricación y comercialización de los productos y servicios si quieren acceder al mercado internacional.
Adicionalmente, las grandes multinacionales tienen llevar a cabo importantes inversiones para poder cumplir con las exigencias regulatorias de las grandes potencias mundiales. Ejemplos:
Esta presión regulatoria ha llevado a la función de Cumplimiento Normativo a ser indispensable para el buen funcionamiento de las empresas, llegando a desempeñar un rol estratégico para el crecimiento de las mismas, siempre y cuándo cuente con la dimensión y recursos necesarios para poder afrontar el entorno dinámico y cambiante ante el que nos encontramos.
De hecho, existen normativas específicas que regulan las funciones que ha de desempeñar Cumplimiento Normativo (como es el caso de la Guia de Funciones emitida por la CNMV para las entidades que prestan servicios de inversión).
Para responder al desafío regulatorio actual, una función de Cumplimiento Normativo ha de centrarse en los siguientes aspectos:
Una función de Cumplimiento Normativo que cumpla con estas características no sólo ejercerá como palanca para el desarrollo de la empresa, sino que hará que sus “stakeholders” duerman más tranquilos.
Por Gonzalo García-Liñan | Risk-Advisory-Services