El artículo de hoy no se basa en un dialogo real (o tal vez sí)
La situación da que pensar, si consideramos el cúmulo de exigencias que plantea el acceso a la profesión auditora.
¿Quieres ser auditora? Pues, prepárate… y nunca mejor dicho, porque para llegar a formar parte del colectivo y formar parte del Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) y del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España (ICJCE), tendrás que empezar por, tener un grado universitario, un master y/o después realizar cursos teóricos específicos reglados, trabajar varios años en una firma de auditoria y ya podrás acceder… al examen de aptitud profesional organizado y reconocido por el Estado.
Todo muy “sencillo”, basta con leer el redactado oficial de las condiciones para el acceso
Más información: http://www.icjce.es/acceso-roac
Como auditores nunca estamos disconformes con las exigencias formativas. Nunca sobran si su finalidad es conseguir que sigamos siendo profesionales muy, muy pero que muy bien preparados.
Los niveles de formación universitaria entre mujeres están en records históricos. Cada año salen de las universidades más graduadas y las estructuras profesionales son cada vez más paritarias.
Sin embargo los niveles de acceso de mujeres a la alta dirección es la gran asignatura pendiente y el sector de la auditoría no es una excepción.
Como auditora en potencia debes tener en cuenta que el “techo de cristal” sigue existiendo y que no hemos de tirar piedras a nuestro tejado excepto para tratar de romperlo. Cree en ti misma, trabaja duro y demuestra.
La demostración es lo único que nos llevará a generar confianza y a que el mercado y la sociedad vean, de una vez por todas, que la paridad no debe ser una postura estética, sino una estrategia necesaria, justa e inteligente en el largo plazo.
Echamos en falta el reconocimiento social a la utilidad y necesidad de la auditoría de cuentas por parte de una sociedad tan falta de rigor y transparencia como la actual. Sólo un control eficaz de las cuentas públicas y privadas hará posible una sociedad más justa.
La tan nombrada “accountability” y la rendición de cuentas es lo que nuestra sociedad necesita y exactamente lo que nosotros proporcionamos.
La auditoría es la herramienta para llevar a cabo este control de forma profesional, sistemática, rigurosa y comprometida.
Pero por desgracia, si todo sigue como hasta ahora, cada día será una profesión menos atractiva, y al mismo tiempo más necesaria para esta sociedad que la maltrata.
por Mercè Martí