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Los suizos han rechazado este domingo en referéndum una reforma del sistema fiscal, por el que se eliminaba el régimen del que se benefician las empresas multinacionales, logrando con ello mantener al país como un lugar atractivo para grandes compañías.

El sistema de democracia directa de Suiza permite que cualquier ley nacional sea desafiada si los opositores recolectan 50,000 firmas de votantes elegibles dentro de los 100 días de su aprobación. Si eso se logra, el electorado puede decir "Sí" o "No" en un referéndum cuyo resultado es vinculante.

El parlamento suizo había adoptado el pasado 28 de septiembre, un nuevo régimen fiscal de impuesto corporativo, que se aplicaría a partir del 1 de enero de 2020 y mediante el cual eliminaba las tasas impositivas preferenciales que actualmente otorga a miles de multinacionales (establecidas con el estatus legal de compañías holding y domiciliarias) porque no están en línea con las normas de la OCDE.

El Ejecutivo había actuado presionado, ante la amenaza en 2014 de medidas de represalia por parte de la OCDE y de la Unión Europea que consideran que el sistema tributario suizo para con las grandes corporaciones es demasiado beneficioso para éstas y por lo tanto representa una competencia desleal para el resto de los países. Por ello el Gobierno de la Confederación Helvética pactó con la UE abolir este “estatus especial” y modificar el sistema para que, de media, la presión fiscal estuviera alrededor del 14 %.

La reforma provocaría un éxodo de las multinacionales puesto que tendrían que hacer frente a la misma tasa impositiva que las empresas locales, que en Ginebra llega al 24,16%. Las multinacionales -las llamadas sociedades holdings, sociedades de domicilio o sociedades mixtas- gozan de un “estatus especial” por el que se benefician de una tasa impositiva reducida que oscila entre el 7,8 % y el 12 %.

Muchos cantones se planteaban bajar el impuesto sobre los beneficios para poder seguir siendo fiscalmente competitivos, y las compañías habrían obtenido otros tipos de rebajas fiscales. La medida hubiera afectado a unas 24.000 firmas instaladas en Suiza que emplean a unas 150.000 personas y contribuyen a la mitad de las tasas corporativas federales.

La iniciativa para revocar la reforma fiscal, presentada a referéndum por el propio Consejo Federal (gobierno) ha sido refrendada con un 60,4 % de apoyo, según las últimas cifras disponibles, y con mayoría ciudadana y de cantones (estados federales), por lo que, al menos de momento, no llegará a entrar en vigor.

Ahora se abre la incógnita sobre si las grandes compañías permanecerán en la Confederación a pesar de la incertidumbre creada por el rechazo a la reforma o abandonarán la plaza helvética para instalarse en otro lugar. Irlanda, con uno de los tipos más bajos de la UE en el impuesto de sociedades, se posiciona como una gran alternativa.