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España ha sufrido una importante subida en el coste de los derechos aduaneros el año pasado, resultando en un pago de 2.3 billones de dólares en derechos de importación por parte de las empresas y consumidores españoles en 2017/2018*, una subida del 18% con respecto a los 2 billones de dólares pagados en 2016/2017, según muestra un nuevo estudio elaborado por UHY, la red internacional de auditoría y consultoría.

El coste de los derechos de importación supone actualmente en España un 0.6% del total anual de importaciones, que está entorno a los 414 billones de dólares. Hecho que ha favorecido la competitividad de las empresas españolas a nivel mundial y la capacidad del país para atraer inversión extranjera.

No obstante, pese a la subida mencionada, España se mantiene por debajo de la media, situada en 1.1%, de los costes de derechos de importación impuestos en los países analizados en este estudio.

UHY ha estudiado 20 países en todo el mundo, calculando el valor de sus importaciones y el coste de los aranceles sobre esos bienes y servicios (ver cuadro más adelante).

UHY apunta que muchas empresas y consumidores van a apostar porque España siga en la línea de no añadir costes innecesarios a las importaciones. Las mayores importaciones realizadas en España corresponden al sector de la automoción y la medicina.

El crecimiento de los costes de importación en otros países también puede afectar a las exportaciones españolas, incluyendo las de coches y vino.

El año pasado el coste de los derechos aduaneros en los países del G8 aumentó un 4%, pasando de 99.000 a 103.000 millones de dólares, incluso por delante de las “guerras comerciales” globales. Los derechos de importación en los países del G8 suponen en la actualidad un 1,24% de las importaciones anuales, cifradas en aproximadamente 8,3 billones de dólares.

Cabe la posibilidad de que los costes de los aranceles aumenten aún más en los próximos años debido a los efectos de las guerras comerciales globales. En 2018, los Estados Unidos introdujeron aranceles sobre una serie de bienes importados como el acero, el aluminio, las lavadoras, las placas solares y 818 categorías de bienes procedentes de China.

El presidente de EE.UU. ha propuesto recientemente 11 billones de dólares en tarifas sobre bienes importados desde la Unión Europea, incluyendo aviones, queso y motocicletas.

El estudio de UHY muestra que el mayor aumento de los ingresos procedentes de los derechos de importación entre las principales economías se vio en China, que registró un incremento del 26%, pasando de 37.800 millones de dólares en 2017 a 47.700 millones de dólares en 2018. China es uno de los países que impuso aranceles de retorsión sobre las importaciones de EE.UU. a mediados de 2018. Sin embargo, después de las conversaciones mantenidas en diciembre, los dos países acordaron posponer la subida mutua de aranceles prevista del 10% al 25%.

El coste de los derechos de importación de EE.UU. aumentó en un 6,7%, pasando de 62.300 millones de dólares en 2017 a 66.500 millones de dólares en 2018. En varias ocasiones, el Presidente, Donald Trump, ha planteado la posibilidad de que la política de “aranceles de Trump” siga ampliándose. Esto podría afectar a los fabricantes de automóviles de EE.UU. que producen vehículos en México y también a los fabricantes europeos.

Bernard Fay, socio director de UHY Fay & Co comenta: “España se beneficia de unos costes inferiores a la media lo que es una buenísima noticia para las empresas y los consumidores.”

“Los impuestos arancelarios están subiendo a nivel global y es fundamental que la Unión Europea haga lo que pueda para mantenerse al margen de las guerras comerciales.”

El Presidente de UHY, Rick David, comenta que: “en una economía cada vez más globalizada, una guerra comercial podría afectar tanto a las empresas como a los consumidores.”

“Si los conflictos comerciales no pueden resolverse mediante la negociación y suponen un aumento considerable de los aranceles, esto podría incidir no solo sobre el coste de los bienes sino también sobre el crecimiento económico y el empleo”.

Clive Gawthorpe, socio de UHY Hacker Young en el Reino Unido, comenta que: “El Reino Unido se encuentra en una situación muy precaria en cuanto a la cuestión de acuerdos comerciales y aranceles, cuando se prepara para abandonar la Unión Europea, el bloque comercial más grande del mundo”.

“Algunos políticos habían sugerido que el Reino Unido tendría ya previstos docenas de acuerdos comerciales para cuando abandone la UE, pero en realidad eso parece que ha sido difícil que se ofrezca”.

“Una salida sin acuerdo de la UE podría instar al gobierno a renunciar a los derechos de aduana sobre algunos bienes importados para evitar que las empresas y consumidores se vean expuestos a un fuerte aumento de los costes”.

UHY dice que Israel es un país que está intentando reducir el impacto de los derechos de aduana, tras el aumento del 14% en los costes de los derechos arancelarios, que pasaron de 2.500 millones de dólares en 2017 a 2.900 millones de dólares en 2018.

Kobi Shtainmetz, socio de UHY Shtainmetz Aminoach & Co en Israel dice que: “Israel está intentando invertir la tendencia global a un incremento de las barreras comerciales que se ha producido en los últimos años. El Ministro de Economía israelí tiene intención de suprimir totalmente los derechos arancelarios sobre una serie de artículos domésticos, con un coste anual de alrededor de 1.000 millones de dólares”.

“Esto se suma al aumento de los acuerdos comerciales, como una exención de los derechos arancelarios para las importaciones de hortalizas desde Turquía”.

La mayor subida en los costes de los derechos arancelarios entre las mayores economías se vio en China, que registró un aumento del 26%, pasando de 37.800 millones de dólares en 2017 a 47.700 millones de dólares en 2018