Auditoría & Co

Desde su inicio, la auditoría ha desempeñado un papel esencial en el desarrollo empresarial, la globalización de los mercados de capitales y el crecimiento económico mundial, al aportar el valor más esencial en la información financiera: su credibilidad. La crisis que ha sufrido la economía mundial en la última década ha puesto de manifiesto lo que puede suceder si se produce una crisis de confianza, y, en mi opinión, lo que es igual de relevante, que el modelo de confirmación binaria (opinión limpia-opinión con salvedades) de la información financiera histórica debe evolucionar, pues las necesidades de los distintos usuarios de las auditorías han cambiado al aparecer nuevos factores que explican el valor del negocio de las entidades y no limitarse, éstos, a los datos financieros.

La información es esencial para el funcionamiento eficiente de los mercados financieros. En este artículo me centraré en la necesidad de contar con un nuevo marco generalmente aceptado de información corporativa que permita recuperar la confianza del mercado a través de un incremento en la transparencia en la gestión de riesgos que realizan las empresas.

La información corporativa que las empresas ponen a disposición del mercado debe ser relevante, fiable, comprensible y comparable, y permitir la toma de decisiones.

En este sentido, resulta fundamental enriquecer la información que los distintos destinatarios de las cuentas anuales necesitan para la toma de sus decisiones, identificando aquella información relevante para la toma de las decisiones empresariales que no se está incluyendo en la actualidad en las cuentas anuales, y eliminar de éstas, aquella información que no es útil para dicho objetivo.

Por lo tanto, dicho Marco de Información Corporativa, entre otros conceptos, deberá analizar cómo incorporar a las cuentas anuales información que no está claramente definida en los marcos de información financiera actuales. Básicamente, información sobre la estrategia de la entidad, el sistema de control interno y el proceso de identificación, análisis y gestión de los riesgos asociados al modelo de negocio de la empresa; sometiendo a auditoría tanto la información empleada por la dirección para su gestión de los riesgos, como los resultados de dicha gestión, evolucionando, por tanto, desde la perspectiva actual de una auditoría sobre una situación financiera a una revisión que también incluya la auditoría del sistema de gestión de riesgos.

Mientras que las cuentas anuales incorporan numerosa información sobre el desempeño financiero de la empresa, en general, existe muy poca información sobre la gestión del riesgo, no pudiendo, por tanto, analizarse los resultados en función del riesgo asumido.

Recomendaciones

Para incrementar, por tanto, la transparencia y calidad de las cuentas anuales y del informe de gestión, estos documentos deberían incorporar, entre otra información, la siguiente:

  • Los distintos tipos de riesgo (de mercado, gestión de la financiación y riesgo de liquidez, de crédito, operativos y de cumplimiento, estratégicos y comerciales, entre otros) a los que se enfrenta la entidad.
  • Los niveles de riesgo (límites) que la entidad considera razonable asumir.
  • Las medidas preventivas y las previstas para mitigar el impacto de los riesgos identificados, en caso de que lleguen a materializarse.
  • Las métricas y la información proporcionada por las herramientas de medición de cada entidad.
  • Información sobre la sensibilidad de la cuenta de resultados ante cambios teóricos en sus variables críticas.

Si la auditoría no existiera, habría que inventarla. Todos los agentes que se relacionan con las empresas las reclamarían. Pero, ¿las inventaríamos en su forma actual? Creo que no. Daríamos confianza no solo sobre los resultados, sino sobre los riesgos asumidos para conseguirlos. No solo opinaríamos de las cifras, sino de los textos. No lo haríamos una vez al año, sino en un proceso continuo. No solo sobre la posición financiera, sino sobre el desempeño global del negocio; no solo sobre información retrospectiva, sino sobre información prospectiva. No daríamos un modelo de opinión estándar, sino una opinión adaptada a cada entidad, poniendo en valor todo nuestro conocimiento adquirido durante la auditoría.

Para cada “no solo” hay un “sino” que, como profesión, sabemos y queremos hacer. El resultado será la auditoría más valiosa que haya existido jamás. El futuro ya no es lo que era: bienvenidos a la auditoría del futuro.

Germán de la Fuente, socio de auditoría y asesoramiento en gestión de riesgos de Deloitte

Categoria

Auditoría General

Fuente: Deloitte

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