Auditoría & Co

A pesar de la “fatiga de la reforma” y de los bajos márgenes de rentabilidad, las entidades del sector financiero deben de afrontar un continuo flujo regulatorio. algunas de ellas recurren a las nuevas tecnologías para que les ayuden en su cumplimiento

Una década después de la crisis financiera global, legisladores y reguladores ¿se están cansando de imponer una aparentemente interminable lista de nuevas exigencias regulatorias a las entidades financieras? En opinión de Mark Carney, presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), parece que sí, y así lo ha puesto de manifiesto en varias ocasiones.

De hecho, recientemente, Carney, que también es el Gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), habló en una carta a los líderes del G20 -a principios de julio de 2017 antes de su cumbre en Hamburgo- del peligro de sucumbir a esa posible fatiga. Hacerlo, es decir, sucumbir a la fatiga de la reforma, insistió, podría obstaculizar la cooperación en materia de regulación a nivel internacional, crear ineficiencias y fricciones, reducir la competencia e impedir los flujos de inversión. Finalmente, se podría llegar a dañar el crecimiento global si los legisladores y reguladores fueran incapaces de completar su ambiciosa reforma de los mercados financieros mundiales.

Independientemente de las opiniones delos reguladores, algo está claro: las propias entidades financieras no prevén que se interrumpa dicha avalancha regulatoria ni, por tanto, el esfuerzo asociado a su implementación y cumplimiento.

Para acceder al artículo completo haz clic aquí.

-Artículo originalmente publicado en Perspective – The Economist Intelligence Unit