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Como continuación del artículo sobre la guía de préstamos dudosos de NPL para entidades de crédito, el Regulador Europeo, ha iniciado un proceso de consulta público (que finaliza el 8 de diciembre de 2017), para complementar con un apéndice a la mencionada guía. El objetivo es asegurar la aplicación de provisiones prudenciales con límites máximos, para todos los NPL nuevos, siguiendo la definición de la ABE (más de 90 días de impagos y con alta probabilidad de que no se pueda hacer frente a las obligaciones sin recurrir a la ejecución de garantías), a partir del 1 de enero de 2018.

El objetivo principal

A partir del 1 de enero de 2018, se deben aplicar provisiones sobre los NPL nuevos, distinguiendo entre la parte no garantizada del préstamo, de la garantizada (con colateral), con un límite máximo de aplicación de la provisión de 2 y 7 años, respectivamente. Al parecer el BCE, ha querido delimitar los límites temporales de aplicación, en cuanto a provisiones se refiere, independientemente de lo que indiquen los modelos de cada entidad.

Primer impacto

Si bien el día 30 de noviembre habrá una audiencia pública, para recoger las opiniones de las partes implicadas, todo parece indicar que este apéndice entrará en vigor en diciembre y, por tanto, cada entidad deberá verificar si sus modelos internos desarrollados para cumplir con la norma IFRS9 (que basa su nivel de provisiones en base al criterio de pérdida esperada, en vez de pérdida incurrida), de entrada en vigor el 1 de enero de 2018, cumpliría con los niveles temporales de provisiones prudenciales requeridos. No obstante, considerando las modificaciones efectuadas por el Banco de España en el nuevo Anexo IX, no pareciese, en un análisis general, que este sea un punto que genere muchas diferencias de provisión, con respecto a las indicadas en la propia regulación española, si bien, las entidades deberán confirmar si sus modelos internos, cumplen con estos niveles temporales de provisión prudenciales de 2 y 7 años.

Asimismo, para el caso de los NPL antiguos, la guía remarca nuevamente el mensaje lanzado en marzo de 2017, que pedía a la Banca la presentación de modelos y estrategias “creíbles”, para reducir progresivamente sus niveles de NPL de los balances, los cuales serán supervisados de manera continua por parte del regulador.

Otra vuelta de tuerca regulatoria, que sin duda busca que se gestionen de forma eficiente los “impactos” del pasado y, por otro lado, da pie a que las entidades se planteen en mejorar (por su propio beneficio), las políticas de admisión y riesgo de crédito de sus nuevas operaciones, así como una correcta fijación del pricing, todo ello encaminado a proteger la solvencia del Sector Financiero y por ende a sus principales acreedores que somos todos sus clientes.

Breogán Porta

Fuente: Mazars

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