Auditoría & Co

La nueva norma cambiará en gran medida el modelo contable que actualmente aplican los arrendatarios, así pues la NIIF 16 no tendrá efectos en la contabilidad de arrendador, no obstante en el caso de los arrendatarios va a tener un impacto muy relevante.

El tratamiento contable en los arrendamientos operativos dará un vuelco significativo ya que la nueva norma NIIF 16 no considera la diferenciación entre los arrendamientos financieros, que son registrados en el balance, y los arrendamientos operativos, que aparecen hasta el momento en la cuenta de resultados o “fuera balance” y que se registran por su cuota mensual y no por sus cuotas futuras. El nuevo modelo, únicamente reconocerá que todos los arrendamientos, financieros u operativos, tengan la misma consideración que los arrendamientos financieros actuales y mostrando un activo (derecho del uso del bien) y un pasivo (cuotas futuras a pagar).

El cambio en el tratamiento contable va a ser importante para la mayoría de las sociedades que alquilan activos, ya que estos arrendatarios deberán incluir todos sus arrendamientos en sus balances. Así, la nueva definición de arrendamiento ya no se plantea si es fuera o dentro de balance y, en su defecto, se centra en qué cambios va a suponer en los ratios financieros, como va afectar y que impacto va a tener para las partes interesadas o inversores.

¿Qué impactos va a tener la nueva norma? Para los arrendatarios, el nuevo contrato pasará a ser un pasivo y un activo al mismo tiempo, por lo que la nueva resolución va a significar un incremento en el tamaño del balance con nuevos activos pero a su vez con un aumento del endeudamiento financiero. El impacto contable de la nueva norma, no solamente va a tener un reflejo en el balance sino que se producirán cambios durante la vigencia del contrato de arrendamiento. En este caso, las empresas deberán aplicar un método de reconocimiento de gastos en la práctica totalidad de los contratos, aun cuando abonen rentas anuales constantes.

La NIIF 16, básicamente pone fin a la venta con arrendamiento posterior como estructura de financiación fuera de balance. Así pues, si existe una venta se considerará un arrendamiento dentro del balance a coste, pero en caso contrario se deberá reconocerse a valor razonable. El pasivo por arrendamiento será el valor actual de las rentas por arrendamiento más el valor actual de los pagos esperados al final del arrendamiento y se incluirán los pagos basados en un índice o tasa.

La dirección de las empresas deberá analizar y evaluar la magnitud del impacto de la nueva norma para determinar qué implicaciones resultará en la actividad de su negocio. Las áreas de revisión podrían ser el efecto de los resultados financieros, el coste de su implementación y que efecto va a tener los cambios propuestos a la práctica de negocio. También, se deberá evaluar qué impacto va a suponer en la cuenta de resultados como por ejemplo el EBITDA y BPA, en el importe del total activo y activos netos y en los principales ratios que afectan como el de apalancamiento, cobertura de intereses y rotación de activos.

Existe la posibilidad de que las empresas puedan estar exentas de aplicar la nueva norma de arrendamientos operativos, en este caso los contratos de arrendamientos operativos deberán ser inferior a 12 meses e inferiores a un importe de 5.000 $.

La nueva norma entrará en vigor a partir de enero de 2019, pero antes de la fecha de entrada las empresas deberán analizar todos los contratos de arrendamientos vigentes y analizar las estimaciones que deberán ser de actualización periódica que puedan ver afectada su balance y cuenta de resultados.

Así pues, una de las decisiones más importantes a las que se enfrentarán las empresas y dirección de las empresas a la hora de implementar la nueva norma NIIF 16 es cómo aplicar el cambio contable, teniendo en cuenta que la norma permite tres posibilidades y que aplicar una u otra puede suponer grandes impactos contables en el primer ejercicio de aplicación o en todo el proceso de implementación.

La primera opción consiste en rehacer los estados comparativos como si siempre se hubiera aplicado la NIIF 16. La sociedad realizará un ajuste en reservas en la apertura del primer ejercicio comparativo. Si la primera aplicación es en el ejercicio que comienza la NIIF 16, es decir, el 01-01-2019 y termina el 31-12-2019, el ajuste contra reservas se realizará al inicio del ejercicio 2018 (siendo el ejercicio 2018 el ejercicio comparativo). Esta opción va a suponer básicamente rehacer la contabilidad de todos los contratos de arrendamiento vigentes al inicio del ejercicio 2018, dar de baja los activos y pasivos relacionados con la NIC 17 a esta fecha y dar de alta los nuevos activos y pasivos relacionados con la NIIF 16. La diferencia se reconocerá contra reservas a 01-01-2018.

La segunda opción es reconocer el efecto en los fondos propios en la apertura del ejercicio actual, es decir al 01-01-2019. En el caso de arrendamientos que anteriormente eran operativos el pasivo a 01-01-2019 se calculará descontando los flujos de caja futuros utilizando el tipo de interés de deuda del arrendatario en la fecha de primera aplicación (a 01/01/2019). El activo se valorará como el pasivo (ajustado por cualquier prepago o devengo anterior a la fecha de primera aplicación). En el caso de arrendamientos que anteriormente eran financieros se mantienen los activos y pasivos reconocidos bajo NIC 17.

La tercera opción es igual que la segunda pero con la diferencia de que el activo se valorará a 01-01-2019 como si se hubiera aplicado la NIIF 16 desde el inicio del contrato (pero descontando los flujos al tipo de interés de la fecha de primera aplicación). Se calculará el activo al inicio y a 01-01-2019 se analiza qué importe falta por amortizar. La diferencia entre el pasivo y el activo se reconocerá contra reservas a 01-01-2019.

Las empresas deberán analizar las diferencias contables entre las tres opciones posibles y seleccionar aquella que conlleve unos estados financieros más acordes con la imagen fiel de sus estados financieros y con los intereses de la propia empresa.


Carlos Guijarro

Gerente de Auditoría