Auditoría & Co

La imposibilidad de revisar todas y cada una de las operaciones que realiza la empresa objeto de auditoria, la necesidad de optimizar los recursos, así como la exigencia de obtener una seguridad razonable de que los estados financieros estén libres de incorrecciones materiales, hacen que la materialidad o importancia relativa se convierta en una herramienta clave para el auditor en la planificación y ejecución de la auditoría.

La NIA 320 referida a la “Importancia relativa o materialidad en la planificación y ejecución de la auditoría” ya no recoge explícitamente una tabla con parámetros orientativos para su cálculo, como ocurría en la anterior norma, dando más importancia al juicio y experiencia profesional del auditor. Esta norma es de aplicación obligatoria en el desarrollo de los trabajos de auditoría de cuentas referidos a las cuentas anuales o estados financieros correspondientes a ejercicios económicos iniciados a partir de 1 de enero de 2014.

A efectos de las NIA existen varios niveles de materialidad:

- Importancia relativa para los estados financieros en su conjunto

- Importancia relativa para la ejecución del trabajo

- Importe claramente insignificante

La importancia relativa para los estados financieros en su conjunto es un parámetro monetario que implica que las incorrecciones por fraude o error (incluidas las omisiones) puedan influir en las decisiones económicas que los usuarios (en su conjunto) toman basándose en los estados financieros.

¿Cómo se calcula la materialidad?

Será calculada por el auditor aplicando su juicio profesional en la fase de planificación, al establecer la estrategia global de auditoría. Normalmente se aplica un porcentaje a una referencia elegida. Como ejemplos de referencia, la NIA 320 señala el beneficio antes de impuestos, los ingresos ordinarios totales, el margen bruto, los gastos totales, el patrimonio neto total o el activo neto.

Entre los factores que pueden afectar a la identificación de una referencia adecuada están:

- Los elementos de los estados financieros (activos, pasivos, patrimonio neto, ingresos, gastos)

- La existencia de partidas específicas en las que centran su atención los usuarios de los estados financieros

- La naturaleza de la entidad, el punto de su ciclo vital, entorno sectorial, etc.

- La estructura de propiedad de la entidad y la forma en la que se financia

- La relativa volatilidad de la referencia

La determinación del porcentaje a aplicar también implica el juicio profesional, existiendo una relación entre el porcentaje y la referencia elegida, de tal modo que un porcentaje aplicado al beneficio antes de impuestos de las operaciones continuadas será por lo general mayor que el porcentaje que se aplique a los ingresos ordinarios totales. La importancia relativa para la ejecución del trabajo se fija para reducir a un nivel adecuadamente bajo la probabilidad de que la suma de las incorrecciones no corregidas y no detectadas en los estados financieros supere la importancia relativa para los estados financieros en su conjunto. Su cálculo implica el juicio profesional del auditor y se ve afectada por el conocimiento que el auditor tenga de la entidad, la naturaleza y extensión de las incorrecciones detectadas en auditorías de ejercicios anteriores y por las expectativas del auditor en relación con las incorrecciones en el período actual.

Igualmente, el auditor debe determinar el importe, claramente insignificante, por debajo del cual las incorrecciones son claramente insignificantes y no es necesario acumularlas porque se espera que no tengan un efecto material sobre los estados financieros (NIA 450 – “Evaluación de las incorrecciones identificadas durante la realización de la auditoría”). No obstante, la materialidad debe entenderse como una cifra dinámica, que puede variar durante la auditoría debido a un cambio de las circunstancias como, por ejemplo, nueva información, cambios en el conocimiento de la entidad o incorrecciones detectadas en el transcurso de la misma. En estos casos el auditor debe revisar:

- la importancia relativa para los estados financieros en su conjunto

- la importancia relativa para la ejecución del trabajo

- el importe claramente insignificante

Una vez analizado, lo anterior, el auditor deberá valorar si la naturaleza, el momento de realización y la extensión de los procedimientos de auditoría deberían variar o no.

Del mismo modo, el auditor debe valorar si existen determinadas transacciones, saldos contables o información a revelar, que en caso de que contengan incorrecciones por importes inferiores a la importancia relativa, pueden influir en las decisiones económicas que los usuarios toman basándose en los estados financieros. En estos casos el auditor determinará una materialidad específica a aplicar a estas transacciones, saldos contables o información a revelar.

Conclusión

Por tanto, de esta nueva norma se desprende que el juicio y la experiencia profesional del auditor prevalecen sobre cifras o porcentajes concretos. No hacer una buena selección de la materialidad en sus distintos niveles conlleva el riesgo de que los estados financieros contengan incorrecciones no identificadas, lo que puede implicar la emisión de una opinión de auditoría errónea. En el otro extremo se corre el riesgo de sobre-auditar por seleccionar una importancia relativa demasiado baja. Por último, hay que señalar el hecho de que es igual de importante seleccionar una correcta materialidad como documentarla adecuadamente.

David Bañón
Gerente de Auditoría en Grant Thornton