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Las ciudades son reflejo de su sociedad y su desarrollo debe ir de la mano de las necesidades de su población. Ante un entorno de grandes movimientos migratorios, en los que las ciudades aumentan su tamaño progresivamente en un marco de disrupción tecnológica y envejecimiento de la población, las ciudades se encuentran ante un punto de inflexión. Deben analizar qué tipo de ciudad quieren ser en el futuro. Una cuestión ante la que Stephen Beatty, Global Chairman KPMG Infrastructure, apunta a la necesidad de apostar por ser una magnet city, que atraiga al mejor talento y contribuya en el crecimiento tanto económico como social de su propia ciudad.

Pero para ello es necesario abordar importantes retos, entre los que destaca la renovación de las infraestructuras. La irrupción de nuevas tecnologías deja obsoletas muchas de las existentes, para lo que la búsqueda de financiación y una buena planificación resultan indispensables. Stephen Beatty aborda con KPMG Tendencias los principales retos de las ciudades a nivel mundial.

P – Además del crecimiento de la población mundial, las personas también se están trasladando a vivir a las ciudades: Naciones Unidas estima que el 68% de las personas vivirá en ciudades de cara a 2050, y en Europa esta tasa ascenderá al 74%. En vista de esta situación, ¿a qué retos han de enfrentarse las ciudades europeas para garantizar la calidad de vida y el bienestar de todos sus ciudadanos?

R – Las ciudades se enfrentan a diversos retos que deberán abordar a corto y medio plazo. Las infraestructuras de muchas de nuestras urbes se están quedando obsoletas y precisan renovación y sustitución. Financiar esta renovación se está convirtiendo en un gran desafío; además, los núcleos urbanos han de abordar un panorama demográfico cambiante y la necesidad de reforzar la transparencia para satisfacer las exigencias de sus habitantes.

Con vistas a mantener una buena calidad de vida, los residentes de estas ciudades también precisarán acceder a oportunidades económicas, que las ciudades pueden acelerar mediante inversiones en infraestructuras. A modo de ejemplo, ante los recientes cambios demográficos, los habitantes de las ciudades no viven necesariamente cerca de donde trabajan. Las inversiones en transportes interurbanos pueden abordar estos cambios de cara a maximizar las oportunidades económicas para los residentes actuales, así como atraer a otros nuevos.

Hoy en día, las grandes ciudades de los mercados emergentes están tomando conciencia de la importancia de centrarse en los suburbios y barrios informales. Este enfoque ha pasado a ser fundamental, sobre todo en los últimos tiempos, puesto que dichos barrios siguen actuando como puertas de entrada para aquellos que se trasladan a las grandes ciudades a causa de la migración y el desplazamiento desde los pueblos y las zonas circundantes.

Las ciudades también tendrán que dotarse de tecnologías y planificar con antelación con vistas a maximizar las ventajas del uso de las mismas para sus ciudadanos y sus operaciones internas. Para las ciudades que están experimentando un ritmo de cambio acelerado, muchas de las cuales se encuentran en economías emergentes, existen grandes oportunidades de dar un salto cuantitativo mediante el uso de las últimas tecnologías, como la conectividad 5G.

Las principales líneas de sostenibilidad económica y acción social de las ciudades

  • Identificar formas más inteligentes de colaboración con el sector privado
  • Implicar a los ciudadanos
  • Situarse a la vanguardia de las nuevas tecnologías
  • Realizar análisis a futuro de la demanda en lugar de centrarse en la trayectoria de prácticas existentes
  • Respaldar el transporte interurbano
  • Brindar oportunidades económicas
  • Facilitar catalizadores de salud y seguridad

P – Otro destacado problema al que se enfrentan las grandes ciudades es la contaminación, que ya está afectando a la salud y al modo de vida de sus ciudadanos. Madrid ha aprobado recientemente una ordenanza de movilidad destinada a mejorar la sostenibilidad energética, económica y medioambiental de la ciudad, que incluye importantes restricciones de tráfico en el centro urbano. ¿Conoce alguna otra ciudad que haya implantado medidas de este tipo y el impacto que han tenido?

R – Muchas ciudades han abordado retos en materia de salud pública y movilidad con diversos grados de éxito. Desde los programas de viajes en coche compartidos en Seattle hasta las motocicletas y las bicicletas colectivas sin puntos de aparcamiento fijo en Lisboa y San Francisco, estas iniciativas han contribuido a modificar los medios de transporte y a conectar a los residentes desde las redes de tránsito hasta sus hogares o trabajos. Es importante aplicar un enfoque de sistemas a la hora de desarrollar estrategias de movilidad, teniendo en cuenta que no solo se trata de tecnología y nuevas aplicaciones móviles. Hemos de fijarnos en el efecto en nuestras redes de carreteras, el sistema sanitario y demás sistemas en nuestra red, así como en las interacciones entre estas redes.

Ámsterdam y Copenhague son ejemplos de ciudades que cuentan con una mejor integración de los ciclistas y el transporte público en los sistemas establecidos a largo plazo. Si bien estas ciudades y muchas de la zona del Báltico han triunfado con este tipo de iniciativas destinadas a fomentar el transporte activo, otras —como Nueva Delhi— se han centrado en la reducción de la contaminación mediante la prohibición de ciertos tipos de camiones en momentos específicos. También es bastante común que las ciudades cuenten con carriles de Vehículos de Alta Ocupación (VAO) para pasajeros de vehículos compartidos, o que incentiven el uso de trenes o de coches eléctricos frente a los vehículos diésel o de gas. El trabajo del catedrático Oliver Gao, de la Cornell University, estudia y presenta algunos resultados muy interesantes sobre la relación entre nuestros sistemas de transporte y los gases de efecto invernadero y el cambio climático. Su trabajo también explora la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con nuestro suministro de alimentos, otro aspecto destacado acerca de cómo funcionan nuestras ciudades. Las ciudades no deben limitarse al transporte en lo referente a la calidad del aire, sobre todo en las economías menos desarrolladas, donde el uso masivo de cocinas de carbón, por ejemplo, o de generadores o motores ineficientes puede ser una fuente importante de contaminación del aire.

Es importante tener en cuenta que los retos en materia medioambiental y de salud en las ciudades no están relacionados únicamente con la contaminación atmosférica. La India ha venido implantando programas para proporcionar un saneamiento seguro y eliminar la defecación al aire libre, con los riesgos para la salud y la seguridad que ello conlleva. Este tema ha atraído la atención internacional, tal y como pone de manifiesto el desafío para reinventar el inodoro de la Fundación Bill y Melinda Gates, centrado en tecnologías de saneamiento para las personas más desfavorecidas en zonas en vías de desarrollo.

P – Como ya sabrá, otro reto que ha surgido en Europa es el de los flujos migratorios, que supone un desafío añadido para la gestión de las grandes ciudades. En el caso concreto de garantizar el acceso a las infraestructuras y los servicios que satisfacen las necesidades de todos los ciudadanos, la financiación se ha convertido en uno de los principales retos. ¿A qué aspectos cree que las ciudades deberían dar prioridad para abordar este reto?

R – Las ciudades suelen ser zonas de llegada de numerosos inmigrantes, ya sea por razones económicas o políticas. El volumen de inmigración, tanto legal como ilegal, puede presentar todo un reto para las ciudades que ya cuentan con una capacidad limitada. La financiación se convierte de inmediato en un problema, ya que la comunidad ha de lidiar con las inversiones necesarias, que van más allá de las agendas de planificación habituales. Muchas de las decisiones inmediatas necesarias para abordar la afluencia de inmigrantes no son necesariamente las que los residentes en la ciudad han aprobado a través de canales regulares.

Para abordar estos problemas con éxito, las ciudades deberían entender mejor la naturaleza de estos flujos migratorios a lo largo del tiempo. La planificación y el tipo de coordinación requeridos en los casos en que la ciudad sea una zona de llegada o un lugar de tránsito serían diferentes de los casos en que la ciudad es un punto de destino, dado que esto exige centrarse en el asentamiento u otros tipos de servicios menos temporales. Dicho enfoque contribuirá a la implantación de planes menos reactivos pensados a largo plazo.

P – Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para felicitar a KPMG en Canadá por haber ganado como cliente a la Comisión de Transportes de Toronto (desarrollo de vehículos). Parte del trabajo del equipo consistirá en investigar aplicaciones tecnológicas para todas las flotas de vehículos sin conductor. ¿Cuál cree que será el futuro de los coches autónomos en las ciudades?

R – El nivel y la tasa de adopción variarán significativamente en la próxima década. La conducción semiautónoma ya es una realidad y se está comercializando como una gran ventaja por parte de compañías como Nissan No es sólo una cuestión de infraestructura, sino también de instrumentación dentro del vehículo y de la interfaz de usuario; factores que también importan. El Índice de Preparación para Vehículos Autónomos 2018 de KPMG (AVRI, por sus siglas en inglés) proporciona una visión detallada de lo que supone para los países afrontar los retos de los vehículos sin conductor, y evalúa el grado de preparación de una muestra de 20 países de todos los continentes. El informe identificó ocho países europeos, con los Países Bajos en cabeza de la lista con las mayores puntuaciones de preparación. También señaló tres áreas de atención específicas:

  1. Planificar hoy el futuro de los vehículos sin conductor
  2. Fomentar las alianzas entre las autoridades públicas y los desarrolladores del sector privado
  3. Tener en cuenta a todos los grupos de interés

En lo referente a las ciudades, algunas podrían no alcanzar un nivel de autonomía total, sino limitarlo a los trenes y autobuses públicos. Esta variación en el nivel de adopción entre ciudades también afectará a la industria logística y al movimiento de mercancías. Ahora es posible recorrer distancias más largas en menos tiempo utilizando camiones autónomos gracias a la eliminación del conductor del vehículo y los procedimientos operativos asociados, como los descansos o los límites a la hora de hacer cola. Debemos tener en cuenta los pasos de fronteras internacionales y regionales, así como el transporte interurbano, en los casos en que las ciudades circundantes no hayan adoptado el mismo nivel de autonomía en cuanto a vehículos sin conductor.

Finalmente, debemos analizar las implicaciones de los vehículos autónomos para nuestros residentes y la planificación del uso del suelo. Los vehículos autónomos plantean muchas cuestiones de seguridad debido al posible hackeo de los sistemas u otros usos maliciosos, si bien tendremos que equilibrar estos riesgos con sus ventajas potenciales en cuanto al transporte de personas hasta cualquier lugar y su conexión con los centros de tránsito. Los vehículos autónomos también pueden cambiar la forma en que construimos y usamos nuestras ciudades y la cantidad de espacio de estacionamiento que necesitamos. Esta puede ser una oportunidad para reflexionar acerca de usos innovadores para las instalaciones y espacios existentes que las ciudades ya no se necesitan como aparcamientos.

P – Como ya sabe, KPMG baraja un amplio concepto de las ciudades inteligentes, haciendo especial hincapié en las ciudades imán, es decir, ciudades que no sólo son inteligentes, sino que también actúan como imanes para atraer el crecimiento sostenible, el talento, la inversión… lo que, en resumidas cuentas, impulsa su desarrollo económico y social. En su opinión, ¿cuáles son los pilares o bases para el desarrollo satisfactorio de las ciudades imán?

R – El término «Ciudades inteligentes» tiene numerosas implicaciones, pero muchas ciudades sólo se centran en la conectividad de las infraestructuras. Nos gusta pensar en el concepto de Ciudad Inteligente como un área urbana que cuantifica de manera efectiva su desempeño en tiempo real y recopila, selecciona y analiza sus datos de manera efectiva y eficiente. Una Ciudad Inteligente también bebe constantemente de las mejores prácticas globales para comparar y mejorar, calibra el buen gobierno para optimizar la colaboración y la rendición de cuentas entre las instituciones cívicas, y crea incentivos para actuar en función de los resultados sociales y económicos. Esto permite que la Ciudad Inteligente y los ciudadanos, las empresas y los visitantes reciban mejores servicios a un coste inferior a largo plazo. Una Ciudad Inteligente también podría planificar, desarrollar, funcionar y mantener sus activos de manera efectiva y eficiente durante toda la vida, además de abordar los problemas y cuestiones a tiempo. Estos factores hacen que una ciudad no sólo esté conectada, sino que también brinde a sus ciudadanos un entorno habitable, seguro y atractivo.

P – ¿Podría darnos un ejemplo de lo que considera una ciudad imán en Europa?

R – Las ciudades imán son capaces de retener a sus residentes actuales al tiempo que atraen talento nuevo. Esto, a su vez, les permite incubar una cultura de la innovación y retener a jóvenes creadores de riqueza. Europa cuenta con numerosas ciudades imán, como Londres, pero nos interesan más las ciudades que lograron superar un posible declive y crear una marca que ha atraído a talento nuevo. Este es un proceso que imita la inversión de la polaridad de un imán; de ahí, el término que usamos para describir a estas ciudades que renacen tras un declive.

En nuestro último informe sobre Ciudades Imán, identificamos dos urbes europeas: Bilbao, en España, y Malmö, en Suecia. Ambas mostraron avances en los siete principios originales:

  1. Atraer a jóvenes creadores de riqueza
  2. Experimentar una renovación física constante
  3. Tener una identidad urbana definible
  4. Estar conectada con otras ciudades
  5. Cultivar nuevas ideas
  6. Estimular la inversión
  7. Contar con dirigentes sólidos

Actualmente también tenemos la vista puesta en Berlín, que ha logrado crear un nexo de unión entre la educación superior y las empresas para fomentar la innovación y convertirse en una ciudad imán.

Al final, un alcalde y gestor urbano ya no distribuye fondos procedentes de los impuestos u otras fuentes regionales o nacionales. Ahora han de pensar como el consejero delegado de una empresa o el presidente de un país a la hora de definir una estrategia industrial, la identidad de la ciudad y decidir dónde y cómo creará prosperidad su urbe.

P – En su opinión, ¿cuál será el nivel de implementación de los conceptos de una ciudad imán en las principales ciudades europeas durante la próxima década?

R –Estos conceptos deberían ser una prioridad para cualquier ciudad que quiera atraer residentes, conservar su vitalidad y respaldar su economía. De los ocho principios identificados, las ciudades pueden optar por centrarse en algunos de ellos a largo plazo y utilizar otros con menos regularidad. En cualquier caso, atraer a jóvenes creadores de riqueza ha sido uno de los principios más efectivos a la hora de impulsar a las ciudades imán. Ahora estamos volviendo la vista hacia algunas de nuestras ciudades imán para cuantificar el nivel de implementación a lo largo del tiempo y entender mejor cómo abordan estos principios; esperamos que estas conclusiones ayuden a las ciudades imán a mantener los aspectos que las ayudaron a prosperar.