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Mucha gente -y no solo los millennials– quiere trabajar en empresas con una misión con la que conecten, tanto emocional como intelectualmente. Aun así, a muchas compañías les cuesta definir y, sobre todo, vivir su propósito. Su declaración suele contener objetivos genéricos y aspiraciones ambiciosas, pero vagas. En definitiva, no consiguen dar respuesta a la pregunta: ¿qué valor aportas a tus clientes que otros no pueden dar? Al no saber responder, pierden la razón que hace que un negocio tenga éxito.

Un propósito potente tiene dos efectos: articular claramente las metas estratégicas de la compañía y motivar a los trabajadores. Ambos aspectos son relevantes por separado y de manera conjunta. Cuando los empleados entienden y abrazan el propósito, están estimulados para hacer un buen trabajo y, en último término, cumplir la promesa de su compañía.

Solo el 36% de los empleados asegura estar satisfecho en el trabajo, un 44% motivado y un 46% orgulloso de la compañía en la que desempeñan su labor profesional

Strategy&, el área de consultoría estratégica de PwC, ha realizado una encuesta a 540 empleados de diferentes sectores, países y niveles para entender mejor cómo se siente la gente en el trabajo y cómo conseguir una mayor conexión con los empleados y motivarlos para que den lo mejor en su día a día. Estas fueron sus respuestas:

  • Los empleados están descontentos. Sólo el 36% de los encuestados asegura estar satisfecho en el trabajo, un 44% motivado y un 46% orgulloso de la compañía en la que desempeña su labor profesional.
  • No están conectados con sus empresas. El 28% reconoce que no se siente conectado con el propósito de su empresa. El 39% afirma que ve claramente el valor que ésta crea, pero un exiguo 22% piensa que su trabajo le permite poner en práctica sus fortalezas y capacidades.
  • El propósito es una buena receta para estimularlos. Los empleados cuyas empresas tienen un propósito claro y bien formulado tienen un mayor nivel de satisfacción (53%), de orgullo (67%) y de motivación (63%).

Si quieres que tu empresa tenga una estrategia clara y motive a sus empleados, debes definir un propósito potente sobre el que construirla. Y para formularlo de forma adecuada hay una serie de preguntas que te pueden resultar muy útiles: ¿Es este relevante para el grupo de consumidores con potencial de comprar tus productos o servicios? ¿Dejas claro qué vidas o negocios vas a mejorar, en mayor o en menor medida? ¿Qué espacio quedaría en el mercado si tu compañía desapareciera? ¿Tienes o puedes construir las capacidades para sobresalir en lo que te has comprometido? ¿Puedes cumplir tu propósito mejor que tus competidores? ¿Eres capaz de atraer el talento adecuado? ¿Estas acabando con los silos dentro de tu empresa? ¿Tus empleados trabajan juntos? ¿Estas invirtiendo dónde lo pide tu propósito?

Para definir el propósito estratégico de tu compañía, lo primero que debes hacer es determinar un propósito ganador. Cuando en PwC ayudamos a nuestros clientes a determinar su propuesta estratégica, normalmente utilizamos un acercamiento super competitivo. Identificamos las formas en las que vamos a crear valor en los próximos cinco a diez años y, para cada una de ellas, determinamos las capacidades clave que un super competidor necesitaría para dominarlas. Por último, definimos cuáles de estas encajarían mejor en la compañía. También es importante tener el feedback de los empleados sobre cómo perciben el propósito de la compañía y hacer de la estrategia un diálogo que lleve a la acción.