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Los titulares de prensa, radio y televisión llevan semanas ocupando sus cabeceras con todo lo que sucede alrededor de Grecia. A pesar de la carga informativa de la noticia, en España seguimos viendo la situación desde la distancia y como meros espectadores.

En un entorno cada vez más globalizado, son muchos los que muestran escepticismo ante las consecuencias que puede acarrear a su empresa un suceso al otro lado del mundo. Esto puede explicarse porque los vemos o percibimos como lejanos, o bien porque creemos que el impacto en el entorno internacional no es relevante cuando concentramos el negocio en el ámbito nacional. Un componente que no puede olvidarse tampoco es lo que se llama “infoxicación”, término acuñado a finales del siglo XX por Alfons Cornellá, que viene a definir el exceso de información de la que disponemos en la actualidad, no siendo capaces de analizar y separar adecuadamente, lo que puede llevarnos a un diagnóstico equivocado.

De todos los acontecimientos económicos que vivimos en la actualidad, son destacables cuatro de ellos, unos con más titulares en los medios de difusión masiva y otros que pasan “de puntillas” pero que, por su relevancia, no deben quedarse en el tintero. Estos cuatro acontecimientos son: la caída bursátil china, el estancamiento de los principales mercados emergentes (los denominados “BRICS”, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Oriente Medio, así como el tema estrella que acapara portadas a nivel mundial en la prensa económica y general: la situación económica en Grecia.

Este último es el tema de más actualidad y que nos afecta más de cerca. La exposición total del Estado español se ha calculado en 43,6 miles de millones (ECB), que afectarían de forma directa a nuestras cuentas públicas y por consiguiente, a los trabajos que muchas de las empresas realizan para la Administración; adicionalmente, la inestabilidad que vive Grecia afecta también a las inversiones financieras que mantienen nuestras empresas, tanto en renta variable como fija, con pérdidas de valor acumuladas que reducen su utilización en nuevas inversiones productivas y adquisiciones que permitieran su crecimiento. Desde el punto de vista comercial, el impacto es más limitado, siendo Grecia el vigésimo segundo destino de nuestras exportaciones hasta abril (ICEX) con 682 millones de euros, no siendo destacable el volumen de importaciones.

El atractivo de España para el inversor chino

El pasado sábado 4 de julio, el Banco Central de China ha tenido que tomar urgentes medidas de reactivación de su economía y contener el desplome de su mercado de acciones (por ejemplo 25% de caída en tres semanas en la bolsa de Shanghai, una de las principales referencias de ese mercado), rebajando en 25 puntos básicos tanto el tipo de financiación como el de descuento, así como reducir el coeficiente de liquidez exigido a sus entidades financieras, con la clara finalidad de dar liquidez a los inversores. Lo importante en este caso no es tanto la rebaja de tipos, muy común en los últimos años en nuestro entorno más cercano, sino que coincide con el recorte de la ratio de reserva comentado, así como el incremento temporal en el ritmo de la bajada de tipos.

Este problema del gigante asiático afecta muy directamente a nuestras empresas. Según el estudio de ESADE de 2014 España es el cuarto país en Europa en atractivo para los inversores chinos, siendo el importe de inversión directa en 2012 de 409,3 millones de euros, siete veces más que en el año anterior, que permite la entrada de capitales y el crecimiento de nuestras empresas y de la economía en general.

Asimismo, no debe obviarse que China ha sido el undécimo destino de nuestras exportaciones y el tercero de nuestras importaciones, en donde sectores muy relevantes mantienen inversiones productivas relevantes. No obstante cabe preguntarse ¿nos habremos dejado “deslumbrar” demasiado por las oportunidades de inversión en China, abandonando la posibilidad de desviar nuestras inversiones a otros mercados potencialmente atractivos a la inversión directa como los pujantes India o México?

En definitiva, si bien un empeoramiento de la situación económica en China podría ralentizar nuestro sistema económico, la bajada de tipos de interés también podría ayudar a mejorar nuestra competitividad, a través de unos mejores tipos, lo que se convierte en una clara oportunidad en nuestros negocios.

Muy relacionado con China se encuentra el estancamiento de los principales mercados emergentes (“BRICS”). Si bien el efecto de estancamiento chino afectaría a todo el mundo, es más significativa para las empresas españolas la desaceleración de Brasil, en donde nuestro país es el segundo inversor extranjero, tras Estados Unidos (hecho que ocurre de forma generalizada en toda América Latina). Se trata de un mercado absolutamente estratégico para nuestra economía, dónde están presentes los grandes valores del Ibex 35.

Hay que recordar además, que más de 7.000 empresas españolas exportan a dicho mercado, la mayoría pymes, con un volumen de 3.150 millones en 2014 (ICEX), siendo referente para estas empresas a la hora de iniciar el camino a su internalización, por lo que una mala situación en este mercado también podría tener efectos de freno en nuestra economía, tanto a nivel de pymes como por los resultados que podría ocasionar en sectores tan importantes como la banca, las telecomunicaciones o la energía, considerando la pérdida de valor de nuestras inversiones directas, el efecto en los flujos repatriados o en la propia prima de riesgo país.

Asimismo acabaríamos perdiendo competitividad internacional, con importantes consecuencias en el consumo privado interno, parcialmente amortiguado por la salida al mercado exterior de nuestras empresas. Destaca también el negativo entorno económico en Chile y los problemas en Puerto Rico, aunque compensado por el mejor comportamiento de Perú o Ecuador. Otro de los puntos de interés es Oriente Medio. Aunque su inestabilidad geográfica siempre ha afectado a la economía mundial, también a nuestras empresas, el incremento de los focos de tensión por la influencia en Bahrein, Irak, Siria y Yemen, junto a Túnez y Egipto, ha provocado incertidumbres significativas en el producto estrella de esa área económica: el petróleo.

Saber separar lo "urgente" de lo "importante"

El hecho afecta de forma directa a las empresas españolas, fundamentalmente las más dependientes de dicha materia prima, cuyos precios se estiman en valores bajos, mejorando de esta forma nuestra competitividad internacional. Asimismo han potenciado nuevas vías de negocio, como el “fracking”, siendo además una importante oportunidad para incrementar nuestro turismo.

En conclusión, en el mundo globalizado en el que nos movemos actualmente, cambios económicos mundiales como el que estamos viviendo con Grecia, por muy lejanos que parezcan, afectan directamente a nuestras empresas, con independencia de su tamaño. Los negocios que comienzan la apertura internacional a otros destinos emergentes, nuestra exposición energética con el exterior, el efecto contagio de la situación en Grecia o la desaceleración del gigante asiático son aspectos trascendentales a la hora de definir las estrategias de nuestro negocio, por lo que debemos saber separar lo “urgente” (Grecia o Medio Oriente) de lo “importante” (China o Brasil), así como saber identificar sus efectos y detectar adecuadamente las herramientas a nuestra disposición frente a ellos, no sólo como amenazas, sino también como oportunidades.

Autor: Pelayo Novoa Miñambres | Advisory