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Podemos afirmar que las smart technologies como la inteligencia artificial, el machine learning, blockchain o la RPA (Automatización Robótica de Procesos) son esenciales para el desarrollo de las organizaciones pero, ¿sabemos por qué lo son realmente?

Lo que se sabe de los negocios, desde los más tradicionales hasta los más modernos, es que todos tienen fecha de caducidad. Y esto, sin ir más lejos, surge como consecuencia de la expectativa de los consumidores, quienes ya no están reflejados en arquetipos sino como individuos u organizaciones únicas que pretenden adquirir experiencias a medida.

Pensemos en las startups de movilidad y en cómo, a través de sus respectivas apps, podemos solicitar un vehículo que nos lleve de punto A a B. En la mayoría de los casos no buscamos demasiadas explicaciones y simplemente aceptamos o no el precio que se nos ofrece, desconociendo que detrás hay algoritmos compuestos por inteligencia artificial que conocen nuestras expectativas de servicio en cada momento. ¿Llueve?, ¿la batería del móvil está a un 8%?, ¿son las 3 de la madrugada?, ¿mi conducta de consumo suele aceptar el precio, más que rechazarlo?. Aquí está nuestra oferta de 20 euros por 1,5km de recorrido.

Para comprender esto mejor, vale la pena hacer una breve referencia a las metodologías ágiles. Las compañías de software fueron originalmente quienes comenzaron a adoptarlas, principalmente en sus equipos de desarrollo. Hoy en día, son pocos los que no conocen este concepto, independientemente de sus variantes, puesto que ya no son exclusivas de los perfiles tech, sino que han migrado a equipos de ventas, legales, contables y otras áreas de las organizaciones. Difícilmente se vean en la actualidad startups, y sobre todo de base tecnológica, que no tengan estos conceptos firmes en todos sus departamentos. Las metodologías ágiles están basadas en cortos períodos de desarrollo (sprints de 7,15 días, por ejemplo), constantes interacciones entre los integrantes del equipo, validaciones, aprendizajes, descartes de hipótesis y, finalmente, ejecución.

Se podría decir que la razón de ser de las startups es la agilidad, que es lo que nos termina vinculando con los no paradigmas. La necesidad de las organizaciones se basa en entender, aprender de manera rápida y de brindar soluciones tan complejas como específicas, partiendo desde la asunción de que lo que tenemos en mente para los problemas que queremos resolver, son solo hipótesis que deben ser validadas y aprendidas. De esta forma, al encontrar la solución que el mercado valida, nuestro norte pasa por decidir si queremos estar a la vanguardia liderando o siendo un jugador más en el mercado. Finalmente, lo que pondera a las smart technologies, es que nos permiten digitalizar el entendimiento del entorno de manera rápida, y al mismo tiempo, ofrecer un delivery de solución a la altura de la expectativa de nuestros usuarios.

Sin embargo, y declarando subjetividad en las próximas líneas, lo que hoy resuena y vibra entre los consumidores, sean usuarios, personas o entidades, sigue siendo el propósito social y transformador de las organizaciones. Sería erróneo, o al menos acotado, creer que solo el delivery específico de la propuesta de valor que acercamos, al precio que esta lo desea, es lo único que hace que sea consumido. Y esto sí, trasciende cualquier paradigma de negocio.

Gonzalo Conde, Head of Innovation and New Ventures