¿Tiene tu función de auditoría interna el talento y las herramientas necesarias para ayudar a tu empresa a abordar un entorno de riesgo marcado por la irrupción de las nuevas tecnologías?
Las nuevas tecnologías están cambiando la forma de hacer negocios y creando oportunidades para las empresas en forma de nuevos productos y servicios, mercados y organizaciones. Para que la función de auditoría interna pueda continuar aportando valor es necesario que sea capaz de entender el impacto que la innovación tecnológica está teniendo en las compañías, gestionar los riesgos que comportan y poner en marcha los controles necesarios.
El informe sobre la Profesión de la Auditoría Interna 2018, elaborado por PwC, recoge la opinión de 2.500 consejeros, altos ejecutivos y profesionales de la auditoría en 92 países; además de entrevistas en profundidad con 50 directivos.
Existen tres aspectos diferentes en los que el área debe:
“La verdadera dificultad para la auditoría interna es que, si no se mantiene al día con las nuevas tecnologías, perderá su relevancia y su valor no será percibido”.
El estudio divide a las áreas de auditoría interna de las empresas en tres grupos: evolvers -las tecnológicamente avanzadas-, followers -algo más retrasadas- y observers -con un uso marginal de la tecnologías-. Las primeras son un ejemplo a seguir y se caracterizan, entre otras cosas, por el uso de las últimas tecnologías, las cuales aplican para el análisis y monitorización; invierten en información tecnológica o tienen la correcta mezcla de capacidades tecnológicas, operativas y financieras. (Ver gráfico).