Auditoría & Co

El día a día de los miembros de las comisiones de auditoría ha ido tornándose más complejo. Desde adaptarse a la complejidad de los negocios, la regulación, el entorno a responder a sus nuevas y crecientes responsabilidades. Como consecuencia, el debate y literatura en torno su papel ha aumentado en los últimos años. La propia CNMV ha elaborado una guía técnica que pone sobre papel las mejores prácticas para garantizar un buen gobierno corporativo, cuyo contenido se analizó en profundidad en la Presentación de la Guía Técnica para Comisiones de Auditoría de la CNMV, organizado por KPMG.

De hecho, esta guía técnica no solo implica a las comisiones de auditoría, sino a todas las áreas de la organización con las que se relaciona la Comisión, y que deben proporcionarle toda la información que requiera para cumplir su labor supervisora como órgano delegado del Consejo de Administración. Para el auditor externo, es clave que la Comisión entienda el negocio y pueda valorar las estimaciones y juicios de valor habituales en las cuentas anuales.

Como explicó en la sesión Borja Guinea, socio responsable de Auditoría de KPMG en España, “en los últimos años hemos sido testigos activos de cómo las comisiones de auditoría iban sumando competencias y contenido a su agenda de trabajo”. Por ello, además de seguir las mejores prácticas marcadas por la CNMV, es importante que los miembros de las comisiones de auditoría sitúen a esta figura en el lugar que corresponde dentro de la organización.

“Pese a que no existe un enfoque único que sirva de modelo a todas las compañías, es importante conocer las mejores prácticas, y que los miembros de la Comisión se aseguren de que las pautas se marcan desde la dirección a toda la organización”, explica Ana Fernández Poderós, socia de Auditoría de KPMG en España.

Para alcanzar este objetivo, determinante para que la Comisión de Auditoría realice de forma adecuada su labor de supervisión, sus miembros pueden seguir algunos de los consejos que otorgaron los expertos invitados a la mesa redonda ‘Aspectos prácticos para la supervisión de la información financiera’.

– Disponer del marco ético adecuado: En opinión de Juan Arena, consejero y vocal de la Comisión de Auditoría de Ferrovial, Melià y Almirall, es muy importante que los miembros de la Comisión de Auditoría compartan el marco ético de la compañía. “El gobierno corporativo es el conjunto de disciplinas que permiten que el rumbo de las compañías se dirija hacia la intersección de los planos ético, regulatorio y económico. Y de todos ellos el que más me preocupa es el ético”, manifestó.

– Asegurar los medios: Para realizar su labor de supervisión, los miembros de las comisiones de auditoría necesitan analizar numerosa información. Unos reportes que no solo deben ser de calidad y estar formulados con corrección, sino que han de ser sistemáticos: la Comisión de Auditoría debe tener la capacidad de definir qué información necesita, su contenido y profundidad. En este sentido, Ricardo Gómez-Barredo, director de Accounting & Supervisors de BBVA, subrayó que “las comisiones de auditoría tienen que asegurarse de que los distintos órganos de la compañía disponen de los medios materiales y humanos necesarios para reportar de forma adecuada”.

– Definir los riesgos: Para supervisar de forma adecuada todos los riesgos que pueden afectar al estado financiero de la organización, la Comisión debe definir primero qué son los riesgos. En este punto, Ricardo Gómez-Barredo animó a las comisiones a profundizar en las tres líneas de defensa: identificar los riesgos, los mitigantes de los mismos y comprobar que los controles funcionan.

– Adquirir un papel de liderazgo: En palabras de Juan Arena, el presidente de una Comisión de Auditoría debe asumir un rol de “director de orquesta, en el que lidere e inspire a todas las personas del ámbito de auditoría interna, riesgos y Compliance”. Un papel con autoridad, que transmita a los órganos directivos la relevancia e importancia de la comisión de auditoría.

– Institucionalizar la Comisión de Auditoría: “La clave del éxito es el apoyo del Consejo de Administración, es el elemento definitivo”, afirmó Isidoro Mansilla, exdirector corporativo de Auditoría y Control de Repsol. En la misma línea, Juan Arena indicó que la comisión de auditoría debe tener su lugar en la agenda y tiempo del consejo, y en toda la organización. En ese sentido, destacó la importancia de que el presidente de la Comisión de Auditoría mantenga contacto cercano con el auditor externo, el interno y el responsable de riesgos.

– Evitar el exceso de confianza: Dada la importancia del papel de la comisión de auditoría, los ejecutivos deben ir “con la actitud adecuada”, subrayó Ricardo Gómez-Barredo. “Es importante que un ejecutivo acuda con cierta ‘sana tensión’, y que la Comisión tenga el expertise y la seniority para detectar si no es así para llamar la atención sobre ello”

– Rendir cuentas: Además de asegurarse de supervisar el conjunto de riesgos que pueden afectar a la actividad de la empresa, la Comisión de Auditoría también tiene la responsabilidad de rendir cuentas.

Patricia Alfaro